It's a long, long way to Ba Sing Se {Akito Sasaki}

Sólo se alejaría de su tribu por algunos días, cuando se acercaba aquella fecha Syracuse necesitaba alejarse del hielo y regresar al reino tierra para recordarla con mayor intensidad. Se encontraba en el lago, debajo de una cascada, escuchando el imponente sonido del agua mientras sus párpados bajaban, reflexionando.
Sus grandes y brillantes ojos verdes no abandonaban su pensamiento, cada vez que cerraba los ojos podía verlos, sonriéndole con ese brillo tan característico de ella, iluminando su mirada como estrellas en el cielo. En sus recuerdos él le tomaba las manos, tan suaves y delicadas, acariciando las suyas como suaves pétalos de rosa. Sin embargo, la mujer no era delicada como su aspecto hacia parecer. Era irreverente, rebelde, escandalosa y prepotente, gritaba a los vientos su opinión…pero su corazón era enorme, quería mejorar el mundo, deseaba que los demás vivieran mejor y esa intención le enamoraba cada día más.
En sus recuerdos besaba los labios de Rowen con ternura y amor, en un compás armónico e infinito que parecía detener el tiempo, de vez en cuando abría los ojos, para ver su dulce rostro enamorado, concentrado en demostrarle lo que sentía en aquél beso, aquella conexión que los unía físicamente. Jugaba con sus bucles del color del oro, deshaciéndolos con un dedo, aspiraba su aroma a madreselva, mientras los relámpagos resonaban en los nubarrones grises, detrás de la feliz pareja. Era como si el mundo entero se revolucionara, como si el clima chocara para hacer esa ocasión especial, como si el sonido de los truenos distantes fuera una manifestación del amor joven, de la pasión que destilaban con cada movimiento de sus bocas, con cada caricia, cada palabra que no se decía mas se manifestaba con el cuerpo. Syracuse se había molestado en llevarla a la cascada el primer día que vio señales de lluvia, ya que la primera vez que la vio, gritando a viva voz sus derechos y el de sus compatriotas por los derechos de la nación de la tierra, estaba lloviendo. Tan embelesado con ella se encontraba que se empapó de la cabeza hasta los pies, con tal de no dejar de escucharla jamás.
En sus recuerdos la lluvia los bendecía con su fría caricia, los eximía de los pecados del pasado y los lavaba para emprender un futuro juntos. Tomaba su rostro entre las manos, su delicado cabello rubio pegándose a sus mejillas sonrosadas y esa enorme sonrisa que se dibujaba en las facciones de ambos cada vez que llovía. Le pedía su mano en matrimonio, acercándose y susurrándolo a su oído con voz aterciopelada, sólo para ella. En sus recuerdos Rowen le abrazaba, gritaba a la naturaleza, al mundo, a la madre Tierra, festejaba incluso antes del propio festejo. Su energía y vivacidad le enamoraban, él sólo sonreía mientras ella se abrazaba a su cuello y le besaba la cara.
En sus recuerdos era feliz.

Por eso mismo no quería soltarlos, por eso Syracuse vivía en el pasado, en el presente no tenía nada a pesar de su hijo y el futuro le aterraba. En el pasado era un rey, allá tenía todo lo que podía pedir…le habían arrebatado todo.
Abrió los ojos, dándole la bienvenida a la ruidosa e imponente cascada que había sido testigo de su amor sin precedentes. Un arcoíris pequeño y tímido asomaba debajo del agua que corría hasta el lago, suspiró. Era hermoso, una belleza llena de melancolía que le ahogaba el corazón, pero era necesaria para la purificación de su alma. No se sentía orgulloso de tener tanto odio en su corazón, él sólo quería el bien de todos, nunca había sido un hombre violento ni sentido un odio irrefrenable hacia nadie, considerando eso como un pecado. Se avergonzaba de odiar a la nación del fuego, de sentir cómo las cenizas de lo que antes era su corazón ardían en llamas de tan sólo pensar en la realeza que le había quitado la vida a su amada. Sus instintos, sin embargo, los que le volvían un animal, le decían que era la única reacción correcta, que perdonar no podía ser posible.
–Podría haberte ayudado… –musitó para sí mismo, suspirando, antes de levantar la vista hacia la cascada, una sonrisa pequeña, ladeada, melancólica, irrumpió en su rostro joven pero agotado, como si hubiera vivido más años de los necesarios, como si estuviera cansado, agotado –Feliz aniversario, Rowen. It's a long, long way to Ba Sing Se. But the girls in the city they look so pretty...And they kiss so sweet that you've really got to mee the girls from Ba Sing Se...-cantaba en voz baja y con la voz algo quebrada, regresando la mirada al suelo.

Tras haber hecho un nuevo invento salí a un lugar algo apartado de la ciudad, y que mejor lugar que un bosque donde sería muy poco probable encontrar a alguien si estas apartado de los pueblos. Ya que hace muchos años no practicaba mi fuego control decidí que ese sería el mejor lugar para entrenar. Así que allí me encontraba, a la mitad del bosque donde no se oía ni un alma.

Comence con cosas simples recordando todas esas veces que mi mama me decía como hacerlo correctamente... así poco a poco fui aumentando la inrtensidad hasta que me dí cuenta que desde el incidente de mi madre no había vuelto a hacer fuego control por lo que aún era demasiado novato para esto, tendre el pontencial de un niño de diez años si mucho. Al darme cuenta de esto me prometí a mi mismo practicar con todo mi esfuerzo aunque fuera un fastidio, sería lo mejor que se puede hacer para honrar a la mujer que me dio la vida y dio su vida por mi.

Pasadas unas cinco horas de entrenamiento duro mi cuerpo se encontraba exhausto así que emprendí mi camino de regreso a Ba Sing Se lo cual me llevaría unos cuantos días si fuera caminando pero yo tenía uno de mis inventos transporte. Justo antes de llegar a donde se encontraba mi invento oí algo entre los arboles, al parecer era una melodía así que la curiosidad me hizo acercarme para saber que era. Encontre un lago y para mi sorpresa una persona se encontraba allí, al parecer se encontraba cantando algo pero muy bajo que fue lo que oí a la distancia... aunque estubiera bajo el tono yo tengo un oído algo especial por o cual pude oirlo. Parecía estar concentrado así que no quise decir nada, aparte de que aún no estoy muy acostumbrado a eso de socializar con personas así que mejor di media vuelta y al intentar dar un paso para regresar a mi transporte resbale pues estaba sobre una piedra que por el agua se encontraba resbalosa y caí al agua.