Escapando... [Sakura]

Por fin había logrado escaparme... Y lo había hecho con mucho estilo. Con mi planeador a cuestas, había escapado de la prisión llamada Templo Aire del Norte y me había topado con un barco de la tribu agua. Mi gran sonrisa de niño bueno me consiguió un lugar a bordo del barco... bueno, mi pericia con los juegos. Había apostado y gané, lo que me consiguió un puesto en el barco como contramaestre. Sucesivos juegos de cartas me habían mantenido a bordo del barco sin hacer prácticamente ninguna tarea. Ayudaba con algunas cosas, pero en cuanto llegamos a Omashu, decidí que ya había sido suficiente. Les agradecí, y fingí ser un chico inocente del Reino Tierra que buscaba a su hermana perdida. Oh, a veces puedo ser tan genial que me sorprendo a mí mismo. Paseo por Omashu, y en cuanto estoy solo, hago la patineta de aire, para ir más rápido. Corro con aire control y termino...

Perdido... en medio de un bosque. No estoy asustado, esas son tonterías. Así que tomo mi vara y sólo camino. Este lugar es como las zonas del templo donde se medita. Demasiado tranquilo, sólo que de algún modo, me gusta más aquí.

Campamento en Omashu... por llamarle de alguna manera. Algunas guerreras habíamos sido solicitadas para pasar unos días en aquella ciudad, custodiando a un mandatario que se presentaría en una reunión de concejales.

Habían sido días demasiado ajetreados, por no decir aburridos. Dale a caminar y escuchar, pararse afuera del salón de la reunión y luego a caminar y escuchar otra tanda de discursos, ¡parecía interminable!

Por lo menos ese día nos lo habían dejado libre (¡Por fin!) Lo cual me permitió perderme un rato en el bosque; relajarme, divertirme... sabía que debía practicar algunas técnicas aprendidas en mi entrenamiento con el loto blanco, pero la verdad sentía mucha flojera y quería descansar, por lo que pensé en ir de pesca; había un lago cercano, si encontraba una rama lo suficientemente larga podría hacer una buena caña y ver que caía.

No tardé en hallar lo que buscaba, me las apañé para conseguir un hilo que sirviera como sedal y eché la improvisada caña a pescar. No lo imaginé jamás, pero logré sacar una buena pieza en un santiamén, ¡Eso sí que era grandioso! Ahora hasta tenía una buena comida para pasar la tarde. Armé una pequeña fogata (sin usar el fuego control, que eso del secretismo con lo del avatar era algo que me habían dejado muy claro antes de volver a Kyoshi) y comencé a asar el pescado, el aroma de este me estaba dando un gran apetito.

Comenzaba a aburrirme... o no, algo peor, comenzaba a pensar que tal vez lo más genial del mundo sería sentarme a meditar. No, eso no va con alguien hiperactivo como yo, eso es para los viejos. Aunque admito que la meditación me ha ayudado en muchas ocasiones. Ocasiones en las que me sirve para mantener a raya la tristeza que lo único que hace es convertirme en ese chico asustadizo y triste que no puede seguir adelante, ¡y eso no lo voy a permitir! No, la tormenta arrasa con todo y yo pude con un maestro fuego, así que soy genial.

Decidido a no dejarme vencer por la inmensa paz que rodea este lugar, corro con aire control, hasta que me detengo súbitamente cerca de lo que parece ser un lago. No es el lago lo que me detiene, sino el delicioso aroma a pescado. Camino entonces, como cualquier persona, y me dirijo hacia la bonita chica que está sentada cocinando con una fogata.

- Buenos días, chica bonita.

Tengo en verdad una tentación gigantesca por apagarle su fogata, pero no puedo hacer eso, el aroma del pescado me tiene cautivado. Además, tiene la ropa rara de guerrera como la que porta la estatua del avatar Kyoshi, así que sé que lo mejor es no molestarla.

- ¿Puedo sentarme contigo? Me llamo Arashi.

Le tiendo la mano, sin importarme que mi "perfecto" disfraz de chico tierra con vara se vaya al diablo. El que vea mis tatuajes hasta podría darme puntos positivos.

¡Aquel pescado estaba quedando perfecto! El aroma me hacía agua la boca y provocaba que mi estómago gruñera, la verdad ni siquiera había estado consciente de que tenía tanta hambre hasta ahora.

En eso escuché un ruido entre los arbustos cercanos; levanté la mirada al mismo tiempo que un chico extraño aparecía saludándome de aquella forma. Me sonrojé al oírlo, nunca antes un chico me había dicho que era bonita y aunque quizá lo hizo por cortesía, aun así era agradable oírlo.-Hola. Claro, adelante- Le saludé con una gran sonrisa, permitiéndole sentarse. Observé sus ropas, eran típicas de alguien del reino tierra, de eso estaba segura, pero aquella vara era inconfundible, era de los nómadas aire... ¿qué hacía un chico tierra con un aditamento de los nómadas aire?

-Sakura, mucho gusto.- Respondí a su presentación. Estreché su mano y pude ver sus tatuajes. Ahora no cabía duda, no traía aquel aditamento por una curiosidad, sino porque era un nómada aire.- Eres un nómada aire...- Murmuré sorprendida.-¿Qué haces tan lejos de tu hogar? Eh... ¡Oh, por cierto! ¿Gustas comer algo? Debes estar hambriento viniendo de tan lejos.- Le dije, ofreciéndole el pescado.

Me acerco a la chica guerrera y sin problemas me presento y saludo... ella en cambio se sonroja. Yo le sonrío más, porque se ve bonita así. Contento, me siento a su lado y me coloco la vara sobre las piernas. Noto que se me queda viendo, pero esto es casi como una prueba para ella. Es bonita, pero si es guerrera seguro es muy astuta también. Yo había logrado cambiar mi ropa por esta, porque no quiero que me regresen al Templo Aire y le digan al fastidioso de mi padrastro porque no quiero terminar castigado.

- Gracias.

Su nombre es tan bonito como ella y en cuanto estrecha mi mano, sé que ella sí puede ver a través de mi disfraz.

- Bonito nombre, los cerezos son hermosos y más aún sus flores.

Sonrío primero con orgullo y luego me paso una mano por el cabello, fingiendo un poco de timidez.

- Y tú eres una guerrera, ¿no? Como la avatar Kyoshi... o bueno, tu ropa se parece a la de su estatua.

No sabía si contestarle con la verdad completa, pero en cuanto me invita de su pescado, estoy dispuesto a contarle lo que quiera.

- Te lo agradecería... no he comido nada desde anoche.

Me aclaro la garganta y río un poco.

- Pues sí, soy maestro aire del Templo Aire del Norte, pero verás... soy de espíritu viajero. Así que escapé un poco de la monotonía y de los monjes tradicionalistas con la cabeza rapada y conseguí un trabajo en un barco de la Tribu Agua. Y llegué hasta aquí. Siempre he querido conocer el mundo. ¿Y tú?

Los halagos del chico me hicieron sonrojar... bueno, no siempre se reciben esa clase de cumplidos y por parte de un chico tan lindoe es agradable escucharlo.

Notó que se da cuenta de mis observaciones y solo espero que no se sienta ofendido; por suerte no es así, él parece tener un carácter muy bueno y un humor excelente, algo típico en la gente nómada aire. Escuchó lo que dice y no puedo evitar dar un pequeño respingo cuando menciona a Avatar Kyoshi... Casi sentí como si me hubiese descubierto, cuando me doy cuenta de que no hay forma de que eso ocurra, no hay nada que me delate y solo son paranoias mías.

Le doy el pescado y le sigo mirando mientras él me cuenta sobre sus andanzas. Río cuando menciona su espíritu viajero.- Eres como el avatar Aang.- Le comenté sonriendo; después de todo así era aquel chico, alegre, despreocupado y viajero, aventurero a más no poder y se notaba que Arashi compartía aquellos atributos.

-A mí también me gustaría conocer el mundo.- Le respondí con entusiasmo.- Pero por desgracia no cuento con la misma libertad que tú; soy una guerrera Kyoshi en entrenamiento... bueno, ya he avanzado algo y por eso me traen a misiones en diversas ciudades del reino tierra; y también soy una maestra tierra muy talentosa, por cierto.- Afirmé con orgullo.

-Entonces, ¿Estás en este lugar solo de paso o piensas instalarte aquí?- Le pregunto con interés.

Río divertido y halagado en cuanto la chica bonita dice que soy como el avatar Aang. En realidad me intriga por qué pareció asustada, pero supongo que no esperaba que un maestro aire supiera acerca de las guerreras Kyoshi. Y pues... yo sólo lo de oídas, simplemente porque curioseo y he visto la estatua de la avatar Kyoshi. Y obvio, que de la de Aang. Aang y su hijo lograron mantener vivos a los maestros aire. De no ser por él, yo no estaría aquí, o al menos, no sería un maestro aire.

- El sí que era divertido. Es toda una leyenda entre nosotros. Creo que seguro es el único monje que respeto. Al menos sabía cómo divertirse, ahora todos son unos estirados. Lo bueno es que nuestro líder no nos obliga a raparnos la cabeza, porque amo mi cabello.

Escucho que Sakura no es tan libre como yo y de inmediato siento pena por ella. Como un poco de pescado, pero la verdad es que comprendo.

- Yo soy monje en entrenamiento... la verdad se supone que no debería estar aquí, pero no puedo evitarlo. La disciplina y las reglas no son para mí, me hacen sentir como a un ave a la que le hubieran cortado las alas. Podrías escapar igual que yo.

En cuanto a la tierra control... eso sí que era algo increíble. Levanto las manos.

- ¡Maestra Tierra, wow! La tierra control es increíble, bueno en realidad me gusta porque es el único elemento que le opone verdadera resistencia al mío. Puedo apagar a un maestro fuego y provocar un ciclón con un maestro agua, pero tierra resiste. ¿Me enseñarías? Sería genial ver lo que haces.

Entrelazo las manos y la miro suplicante, pero ella pregunta si estoy de paso.

- Estoy de incógnito... o bueno, la verdad es que no debería estar aquí. Supongo que me quedaré aquí o viajaré más por ahí, lo que sea para no volver. Aunque tal vez algún día que regresar al templo. ¿Tú has viajado mucho o sólo al reino Tierra?

No pude evitar reír alegremente al escucharle decir aquello sobre su cabello. La verdad, ese chico tenía una alegría contagiosa en su mirada y su risa; era como un niño grande, inocente y juguetón que solo quería divertirse; ¿qué tiene eso de malo?

Sonrió al oírle decir que Aang es el único monje que respeta; algo dentro de mí se remueve... ¿Acaso mi vida pasada estaba sintiéndose orgulloso de lo que oía? No lo sé, solo sé que me dio gusto escucharlo. Al oírle decir aquello de los monjes no puedo evitar asentir, la libertad a veces era limitada por los entrenamientos y eso, si lo sabría yo, y se podía extrañar mucho el hacer lo que uno quisiera.

-Eh... no sé si sea correcto hacerlo solo porque sí.- Respondo con una gran sonrisa, llevándome la mano a la nuca y algo abochornada por las palabras de Arashi sobre la tierra control.- Bueno, lo haría solo si tú me muestras algunas técnicas de aire control.- Añadí emocionada con la idea; sí, había recibido entrenamiento al respecto, pero Ara tenía razón, aquellos monjes eran muy estrictos y estirados y dejaban mucho material en el tintero... ¡Sería grandioso ver técnicas de maestro aire directamente de uno sin tantas limitaciones!

-Así que de incognito.- Repliqué.- Solo he viajado dentro d elos límites del reino tierra, y unas cuantas veces fuera de ellos, pero muy poco... me gustaría hacer lo que haces tú.- Añadí con sinceridad.

Para reforzar mis palabras, me paso una mano por el cabello. La verdad es que amo mi cabello y calvo no me veo tan guapo. Eso sin mencionar que sin cabello es mucho más obvio que soy un maestro aire, y eso me hubiera impedido, por ejemplo, venir aquí. La mención al avatar Aang me agrada, tal vez Aang fue el único avatar divertido. Se cuenta que viajó por todo el mundo e hizo muchas cosas turísticas. Yo quiero montar en pingüino... aunque por lo que he visto en mis vuelos sobre el Polo Norte, los de la Tribu Agua no saben divertirse. Aang sí que lo sabía, no me sorprendería enterarme de que algo de su sangre está en mí. Después de todo, él solito le dio origen a los nuevos maestros aire.

Enterarme de que Sakura es también una maestra tierra, me hace querer ver su tierra control. Me gusta la tierra control, justamente porque es mi elemento opuesto y la verdad, tienen técnicas muy impresionantes, al menos por lo que he visto en los pergaminos que hay en la biblioteca de mi templo.

- ¿Por qué no? Yo corro con aire control sin razón alguna.

Sakura me pide que a cambio yo le muestre mis técnicas y asiento, halagado. Pero claro que lo haría, no soy nada inútil porque me enseñó el fastidioso de mi padrastro.

- ¡Por supuesto, chica! Es un buen trato, pero debes prometerme que no revelarás mis secretos. Y yo te prometo lo mismo. Verás, aquí donde me ves, soy discípulo del maestro aire más importante de los nómades, así que soy muy bueno.

Admito estar de incógnito, porque después de todo, eso es lo que estoy haciendo. Simplemente me oculto para evitar regresar a los regaños y sermones de los monjes.

- Es bastante, yo sólo conozco el Templo Aire del Norte, aunque he sobrevolado un poco por la ciudad de hielo de la Tribu Agua del Norte. Ya está decidido entonces, serás mi guía. Y cuando viajes al norte, yo seré tu guía. Si eres buena, te llevaré a volar más tarde. ¿Qué dices? Es la mejor técnica de los maestros aire.

correr a toda velocidad por medio del aire control; la verdad le escuchaba con emoción porque eso era algo que para mí resultaba maravilloso, en especial porque aun no sabía como hacerlo y era algo que deseaba hacer… eso y volar, la verdad, las técnicas de aire y agua control eran mi debilidad; me hallaba aun muy torpe con ellas, no se me daban y me frustraban mucho, quizá porque uno era mi elemento contrario y el otro… porque simplemente no se me daba bien.
Mi admiración por Ara creció aun más cuando se dijo discípulo de uno de los más importantes maestros aires. La orden del loto blanco tenía un maestro aire que me había instruido en básicos, pero dadas las circunstancias de mi torpeza y el hecho de que no podía ausentarme mucho del reino tierra, mi instrucción quedó en pausa, pero habían dicho que buscarían que uno de los mejores maestros aire se encargara de mí después; me preguntaba si se estarían refiriendo al maestro de Arashi.
Cuando mencionó lo de volar mis ojos se agrandaron aun más y brillaron con toda la emoción que sentía.-¡¿En serio?!¡De acuerdo!- Exclamé poniéndome de pie.- ¡Abre bien los ojos, Ara, esto te va a gustar!-Comencé a hacer algunos movimientos básicos y la tierra tembló, después, algunos puntos del piso comenzaron a emerger como enormes columnas, las cuales, tras otro movimiento, volvieron a caer al piso de manera estruendosa, luego, la tierra bajo los pies de Ara se elevó en una columna elevada que lo mantuvo arriba por un tiempo.

Es claro que mencionar al bobo de mi padrastro por medio de un halago, había sido un muy buen movimiento. Pocas veces pienso en él como algo que no sea un fastidio, pero la verdad es que sí es el mejor y más importante maestro aire, me guste o no. Le hago un guiño a Sakura.

- Lo es, Yuki Tsubasa. Es todo un rebelde, es el que nos deja traer el cabello largo. Sospecho que es porque a él no le gusta ser calvo. Es el líder de los nómades.

Ya bueno, debería perdonarme cuando vuelva sólo porque lo halagué en su ausencia. Luego hago un trato con Sakura para darle una exhibición de aire control y luego hasta llevarla a volar. Podría ser y aunque nunca he volado con alguien, ¿qué tan difícil puede ser? He volado con cosas pesadas para dejarlas caer sobre los monjes que meditan y seguro a ella le encanta.

- Yeeeeey, tierra control.

Aplaudo emocionado y espero. Veo las enormes columnas y las señalo, aún más emocionado. Tierra control es increíble. Me hago protagonista en cuanto el lugar donde estaba sentado se levanta como otro pilar. Quedo arriba y grito, para que me escuche.

- ¡Genial, chica!

Salto desde ahí y en cuanto he caído unos cuantos metros, giro en el aire y hago una corriente de aire que es como un pequeño tornado y giro sobre él hasta llegar al suelo.

- Otra, otra...

Ara desde lo alto se emociona por lo que hice, eso me halaga demasiado y no puedo evitar sonrojarme mientras sonrío orgullosa de mis acciones.

El haberlo subido en aquella columna fue con doble intención, pues justamente espero verlo descender usando sus técnicas de maestro aire, y no quedo decepcionada, al contrario, Arashi desciende de la columna con un gracioso y ágil giro, lo cual viene a agregar un extra al hecho de que de por sí es impresionante verlo bajar de tan alto sin ayuda de nada más que solo el aire.

Al oírlo decir aquello con tal emoción, no puedo evitar reír. Niego con la cabeza.-No, no, ahora es tu turno, ¡Quiero ver más de tus habilidades!- Le digo emocionada, pues quiero ver más de aquellas artes milenarias de los nómadas aire.

Bajo de la alta columna de tierra usando aire control para no tener que pedirle que me baje. Lo cierto es que la columna me gusta, es un buen lugar y si hay algo que me encanta son los lugares altos. Uso una técnica de aire control de las que me gustan y de inmediato noto que fue una muy buena elección. Quiero ver más técnicas de tierra control, pero se nota que Sakura no va a ceder.

- Bueno, está bien... Pero sólo porque tú me lo pides.

Doy un salto mortal hacia atrás, y caigo lento al usar aire control. En cuanto mis pies tocan el suelo, comienzo a correr lo más rápido que puedo, en círculos, alrededor del lago. Freno en cuanto he hecho una buena corriente de aire y luego soplo, elevando el agua del lago en olas.

- ¿Qué tal? Agua control estilo aire.

Regreso a donde estaba y le hago un saludo militar.

- ¿Me prestas tu abanico? Para enseñarte algo de control más fino.

Espero ansiosa por su demostración. Al parecer él esperaba que yo cediera e hiciera más tierra control, pero… ¡Vamos! ¡Que me muero de ganas por ver las destrezas de un maestro aire bien entrenado!
Pronto me da gusto y comienza con aquel impresionante salto. Al verlo descender de aquel modo quedó pasmada, murmurando “increíble”; pero eso no fue todo y corre hacia el lago a gran velocidad creando aquella gigantesca ola, lo cual me hace abrir los ojos al máximo, realmente impresionada por la inteligencia y pericia de mi nuevo amigo.
-¡Maravilloso! ¡Es increíble como puedes utilizar tu aire control para manipular otro elemento! Has hecho algo que casi nadie a considerado, armonizar tu elemento con otro más.- cuando me pide el abanico se lo entrego sin reservas, estoy ansiosa por ver que más puede hacer.

Off: disculpa la tardanza

Off: sin problemas, chica. ¡Feliz Navidad! ^^
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Me anoto otro tanto al mostrar mis habilidades como maestro aire. Amo el aire, es tan libre... Termino la ola y regreso con Sakura para pedirle su abanico. Sé que las guerreras Kyoshi lo usan, aunque tal vez ella no quiera prestármelo. En realidad no esperaba que considerara esto como algo tan importante.

- Bueno, yo en realidad lo hago porque no es algo que muchos se esperen. Hay loco de la Tribu Agua del norte que hace movimientos raros y sé que algunos son de aire control. Yo sólo... bueno, es que las olas en realidad las crea el viento, ¿no?

Tomo su abanico con la mano derecha y su mano con la izquierda.

- Es poco, pero mira...

Abro el abanico y empiezo a agitarlo. Cuando lo agito en dirección al suelo, nos levantamos un par de metros, antes de volver a caer. Luego lo agito en dirección a los árboles y armo una ventisca. Luego, lo cierro y se lo devuelvo.

- Tu turno. Y entonces volamos, ¿te parece bien?

Off: ¡Igualmente! Y espero que te pases las fiestas de fin de año muy feliz, ¡que el 2013 te pinte de maravilla!
Asentí cuando dijo lo del viento y las olas; él tenía razón y eso me hizo admirarlo más, pues esa era una diferencia entre él y yo como maestros aire; él conocía cosas sobre el aire y sus efectos que yo aún no.
Lo vi manipular el abanico de un modo magistral, provocando que el aire nos levantara de aquel modo; yo estaba fascinada y no podía parar de reír; cuando bajamos y vi la ventisca en los arboles me pareció grandioso, me preguntaba si algún día podría hacer eso.
-De acuerdo, pero volamos, ¿ok?-
Cerré los ojos y respiré profundo, me concentré en las vibraciones de la tierra para sentir a Arashi; fue algo difícil ya que como todos los maestros aire, tiene los pies ligeros y el andar suave, pero logré ubicarlo. Bajé mis manos frente a mí y adopté la postura del caballo, extendí mis manos como una defensa para luego levantarlas; alrededor de Arashi se creó una esfera de piedra, dejando una ventana frente a su rostro para que pudiera ver al exterior.
La esfera se elevó y empezó a dar una vuelta lenta en el aire alrededor del pequeño valle donde nos hallábamos, luego las vueltas se hicieron más rápidas, pero nada que no fuera seguro o placentero, era como si se tratase de un “juego de feria”.
Hice descender la esfera y la deshice, dejando libre a Ara.

Off: gracias, chica. Wow, no me había dado cuenta de lo poco que queda del año. Espero que te la pases genial también este fin de año.
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Por alguna razón, Sakura parece tan interesada en aire control como yo en tierra control, aunque por lo visto su interés va un poco más allá del mío. Es como si quiera ver todo y hasta quizá, aprender. Era raro, pero supongo que también le atrae que nuestros elementos son opuestos. Cuando me presta su abanico, lo agito para poder levantarnos del suelo. En cuanto ella ríe, yo lo hago también. Lo cierto es que volar es mi técnica favorita y supongo que los que no pueden hacerlo deben apreciarlo aún más de lo que lo hago yo.

Descendemos y pido ver otra técnica de tierra control. Me quedo mirándola mientras se concentra y luego me veo envuelto en una roca.

- Wow...

Confío en Sakura y además no estoy asustado. Y pues, es divertido. Río sin control en cuanto la roca comienza a moverse. Como maestro aire, no me mareo nada fácil, así que disfruto en grande el paseo. Grito emocionado y levanto los brazos. El paseo termina y sigo riendo.

- ¡Eso fue genial! En realidad no me lo esperaba. Eres increíble.

Tomo mi vara y miro a Sakura, intentando parecer serio, pero la verdad es que no puedo.

- Bien... volar. Vas a tener que abrazarme, así que... voy a dejarme porque eres muy bonita. Sólo es porque tengo que sostener la vara, no porque tenga intenciones raras, ¿eh?

Extiendo el planeador y se lo muestro.

- Es casi como un par de abanicos, ¿no?

off: Cierto! El año se fue rapídisimo. Espero que te la pases muy bien (o te la hayas pasado, no sé si de donde eres ya fue la fecha… por cierto, ¿de donde eres? =D) y que el año nuevo te pinte de maravilla en todo
Sonrió al verlo tan feliz. Menos mal que no se mareó con el movimiento, pero bueno, es un maestro aire y ellos viven dejándose llevar por el viento, quizá por eso suelen soportar mejor los movimientos bruscos.
-No te preocupes, yo sé que eres todo un caballero, se te nota.-Le respondo, sonriendo, a lo que dice sobre tener que abrazarme. La verdad no me imagino que Ara se desenvuelva conmigo de algún otro modo que no sea el de amigos, de hecho, casi lo siento como si fuera una especie de “hermano menor”, pues su carácter alegre y despreocupado me ha hecho tomarle esa clase de cariño.
-¡Tienes razón! Quizá nuestros elementos y culturas no sean tan opuestos después de todo.-Le digo cuando menciona lo de que parecen dos abanicos. Me acerco a él para comenzar el vuelo, lo cual me hace sentir emocionada.

Off: jajaja, sí, ya cambió. Soy de México, ¿y tú? *Le da su abrazo de Año Nuevo a Sakura*
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En verdad que tierra control es increíble. Siempre imaginé que sería aburrido, justamente porque hay que estar todo el tiempo bien parado y todas esas cosas que sólo había escuchado, pero que ahora puedo ver de cerca. Jamás imaginé que podría tener un uso como el que le doy yo al aire control: algo divertido. Así que después de comprobarlo, estoy mucho más animado a enseñarle cómo vuelo y a llevarla de paseo. Sonrío y le hago un saludo militar con dos dedos a Sakura. En verdad no sé si soy un caballero o no, pero sí que son buenas noticias para mí el que vaya a abrazarme una chica bonita. Le muestro mi planeador y por primera vez pienso que se parece a los abanicos que ella usa.

- Tal vez al final, todos nos parecemos. Tal vez por eso existe el avatar, para demostrarlo. Ya las cosas esas del puente con el mundo espiritual y el equilibrio, seguro parten de eso.

Dejo que me abrace, y sólo entonces, emprendo el vuelo. Sí, es casi como cuando cargo dos baldes con agua para dejarlos caer sobre los monjes, la diferencia es muy poca. Sobrevuelo por todo el bosque.

- ¿Qué te parece? ¿Te animas a que dé vueltas?

Off: *Le da su abrazo a Ara* ¡¡Genial!! Yo también soy de México, XDDD nos tocaron las fiestas en la misma fecha (por aquello que a los de España les toca un día antes, creo XDDDD)

Asentí cuando dijo de que al final nos parecemos, pero cuando menciona al avatar, siento como si un balde de agua fría me cayera en la cabeza.

Nadie sabe aún que soy el avatar, al parecer no es bueno que lo mencione todavía, y eso me ayuda a de vez en cuando dejar de pensar en ello, por lo menos en el área de la responsabilidad, pues el manejo de todos los elementos es algo que me atrae y me fascina; pero pensar en que el avatar es la prueba de la convivencia de las cuatro naciones, de la armonía de los dos mundos, del equilibrio, de… bueno, todo eso, es algo que siempre me ha puesto nerviosa; es decir… yo soy un desastre total, no puedo ni mantener el orden en mi cuarto, ¿Cómo diablos esperan que mantenga el orden en el mundo entero y el otro de pasada?

Nos elevamos juntos y el sentir el aire en el rostro me sienta bien; sonrío y miro debajo de mí; el bosque se hace más pequeño conforme nos elevamos y no puedo evitar reírme por lo bien que se está allá arriba.-¡Es grandioso!-Le digo a Ara.

Off: sí, queda casi que un día antes, por las horas. Se me hace rarísimo eso. Y genial que seamos paisanos
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Vuelo con Sakura y es mucho más fácil de lo que imaginé. Creí que cargarla al volar me costaría mucho trabajo, pero descubro con agrado que no es así. Es aún mejor ver que le gusta, siempre había tenido la idea de que aunque a alguien más que no sea de nuestra nación le interesara volar, seguramente se marearían a la hora de la verdad. Río con ella y ya que está encantada, hago algunos giros. Desde aquí arriba puede verse todo el bosque, pero es aún mejor. No es que me desagrade caminar por entre los árboles pero no hay nada como volar. Te hace sentir tan libre... Por eso adoro ser maestro aire.

- ¿A dónde quieres que vayamos? Puedo volar a cualquier lugar de Omashu.

Hasta podría conocer otra cosa. La verdad esto es increíble, mucho mejor que los estúpidos bisontes horrendos. Me lanzo en picada, pero antes de tocar el suelo, vuelvo a elevarme.

- Aire control es genial, ¿no?

off: Sí XDDDD Es genial!! ¿De qué parte de la república eres? =)
Ara hace algunas piruetas en el aire, y aunque al principio siento la amenaza de marearme, descubro con alegría que solo fue algo pasajero y que estoy disfrutando del paseo tanto como creí que lo haría. Ansío poder algo así, pero siento que aún me falta mucho trabajo para ello.
-¡Ve a donde gustes, me encantaría conocerlo todo desde aquí! digo aun emocionada. Ante lo dicho, asiento con la cabeza; ni siquiera la tierra control es tan maravillosa como lo que hace Arashi.
[color=Green]-Oye, ¿y no crees que te estén buscando los monjes de tu templo? ¿no llegara de repente alguien por ahí preguntando por ti?- Inquirí con curiosidad, pues Arashi era muy hábil y la ausencia de alguien como él seguro era muy notoria en el lugar donde vivía.

Off: del Defectuoso xP ¿Y tú?
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Sakura se gana mi respeto, aunque tal vez sólo es que se lo gana más porque su tierra control es increíble. Pero aguantar volar, no cualquiera, o al menos esa era mi idea. Y está tan encantada como yo, ni siquiera parecería que el aire es su elemento opuesto. Y me agrada. Le pregunto a dónde quiere ir.

- ¡Entonces veamos todo!

Sobrevuelo el bosque y luego la aldea... paso por lo que puedo de la isla, cambiando únicamente la altura a la que volamos.

- Si quieres que aterrice en algún lugar, sólo dime, ¿ok?

En ocasiones cierro los ojos y sólo dejo que el viento golpee mi rostro y me revuelva el cabello. Espero que no se tarde tanto en decidir, porque si me canso voy a tener que inventar un pretexto tonto para bajar. Aunque supongo que uno también llega un momento en el que se cansa de hacer tierra control.

Off: del estado de Guanajuato =D
En verdad, sobrevolar aquella parte del reino tierra de esa forma es algo que jamás habría imaginado que haría, sí, aun siendo el avatar.
No puedo evitar sentir cierta envidia por el aire control de Arashi, pero bueno, él ha entrenado desde muy pequeño, es su elemento base y prácticamente no lo usa, lo vive, lo cual me hace respetarlo sobremanera; es un chico que vive plenamente y eso me agrada, no se retiene por nada.
Escuchó su pregunta y pienso… ¿A dónde podríamos ir que no signifique problemas para ambos? Digo, porque no sé si alguien lo esté buscando y yo no quiero hallarme con mi tropa tan pronto, son capaces de ponerme a trabajar. Veo un edificio; es grande, demasiado, con una torre que llega casi hasta el cielo; le señaló a Arashi el lugar, sonriendo.-Vayamos ahí.-

Off: ¡momias! ¡cajeta!
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Sobrevuelo todo lo que puedo sin detenerme y poner atención sólo en un lugar. Bosque, lago, incluso una pequeña ciudad. Nada tiene secretos para nosotros a esta altura y Sakura no sólo lo resiste, sino que le gusta. Esto me agrada, porque significa que no le teme ni al aire que es su elemento opuesto ni a las alturas y eso sólo podía ser señal de que seremos grandes amigos.

Ya que nada es para siempre y no soy inmune al cansancio, prefiero preguntar ahora si quiere ir en especial a algún lugar. La verdad es que podía aguantar bastante, pero si fuera posible volar por siempre me iría al Polo Sur, lo más lejos posible de Yuki. Sakura quiere ir a una torre que no había visto desde tierra y de inmediato me dirijo hacia ahí. Doy una vuelta para encontrar un balcón y aterrizo ahí, con cuidado para no caernos ni ella ni yo.

- Listo. ¿Qué es aquí? Vamos a explorar.

Cierro mi planeador y empiezo a curiosear el lugar.