¿De compras? (Libre)

Me levante temprano (medio día) para ir al mercado a buscar provisiones para las siguientes dos semanas porque ya me estaba quedando escaso de alimentos. Ya que casi nunca salgo fuera de mi casa, no tengo mucha ropa que sea del tipo… presentable, bueno eso y que nunca tengo dinero para comprar algo que no sean mis alimentos. Partí de mi casa con el pelo tal como amanecí hacia el mercado que se encuentra cerca del lugar en donde vivo que apenas y se puede llamar casa.

“Oh Dios, ¿por qué tenía que acabarse la comida en mi casa? ¿No pudo haber durado una semana más?” suspire, “Es un fastidio ir hasta el mercado por comida, deberían de tener algún tipo de entrega a domicilio, eso sería estupendo y yo sería el cliente numero uno” reí levemente.

“Ah! ¿Donde estoy?” Cuando deje de hablar conmigo mismo en mi mente note que estaba en un lugar desconocido, aún dentro de el mercado pero en parte donde no conocía. Como no suelo salir de mi casa no conozco nada de este reino, conozco el camino de mi casa hasta el puesto donde siempre compro la comida y de regreso, pero esta vez por estar pajareando me he adentrado a lugares que nunca había visto.

-Que fastidio- suspire, empece a caminar por donde mi instinto (que a decir verdad no es muy bueno) me guíaba pero cada vez me frustaba más no encontrar la salida o algún lugar parecido. Pedir indicaciones, bueno no solo eso si no hablarle a las personas no era mi fuerte, "estoy mejor solo que mal acompañado, ademas estas personas puede que solo me causen problemas por ser de la nación del fuego, con eso de que la guerra a empezado de nuevo y que el avatar es posiblemente del reino tierra, podrían llegar a pensar que soy alguna clase de espía o algo por el estilo" lo bueno es que mi ropa no me delataba ya que estaba preparado desde que me mude con muchas ropas del reino tierra para pasar desapercivido.

-Aaaah! Es un fastidio estar perdido- llevo mis manos a la cabez y suspiro.

Había salido del Polo Norte por primera vez desde que el maestro murió. Me sentía solo y perdido, pero los maestros agua que guían las naves de nuestra tibu que buscan luchar por la libertad necesitaban ayuda. Y no me agrada ser quien tenga que ayudarles. Después de todo, todos ellos fueron en algún momento mis compañeros de entrenamiento, cuando yo aún era un chico ciego del que todos se burlaban. Ahora puedo ver, pero sólo por la genial idea de mi maestro y un amigo suyo del Reino Tierra. Adoro ver, pero aún así, confío en mis otros sentidos. Confío, por ejemplo, demasiado en el tacto. Subo a bordo del barco, y me coloco al frente. Varios de los maestros no logran tener la fuerza necesaria en los pies y fuerza es lo que se necesita para impulsar un barco. He aprendido la lección después de tantas burlas, así que esta vez no menciono que la idea sobre las piernas separadas, las rodillas flexionadas y los brazos encogidos, viene de los maestros tierra. Pero funciona... en cuanto ven que yo solo soy capaz de mover el barco, deciden probar, y entonces la velocidad aumenta.

Una semana después, estoy agotado. El barco se detiene en Ba Sing Se y aviso que yo me quedaré aquí. Volveré de algún modo, y aunque tanto el capitán como el resto de la tripulación me miran incrédulos, me quito el abrigo y me pierdo entre la gente. Este lugar es el primero que vi, y le guardo un especial cariño. Soy bueno para orientarme, aunque soy mejor sobre el agua o el hielo. Paseo por entre la gente y me alejo un poco... no soporto las muchedumbres, pero al menos logro alejarme. Cuando menos, nadie me empuja. Llego hasta un rincón apartado y cierro los ojos con las manos extendidas, palpo la humedad en el aire...

Hasta que escucho las quejas de alguien. Abro los ojos justo cuando percibo la humedad de su suspiro y tras acomodarme las gafas, me acerco a él.

- Hola... ahm... ¿quieres que te ayude? No conozco muy bien este lugar, pero puedo decirte por dónde vine yo. S-soy Kyouya... o... Kai, como prefieras.

No sé qué me impulsó a hablarle y al final ya me dio vergüenza. Después de todo, yo soy un turista.

Se acercó un chico que parecía de mi misma edad que me ofrecía su ayuda, es raro para mi que alguien interactúe conmigo pues solo paso unos minutos fuera de mi casa para comprar las cosas que necesite y luego regreso sin llegara a hablar con alguien mas que con el dueño del puesto donde compro las cosas. Se notaba que él no era del reino tierra por su aspecto físico y su manera de hablar, parecía un tanto inquieto y nervioso al hablar conmigo.

-Hola, soy Akito Sasaki -dije de una manera extrañada- yo tampoco conozco muy bien el lugar... ni siquiera se por donde vine- sonreí levemente mientras rascaba mi cabeza y luego suspire "demonios parezco idiota haciendo esto, ¿yo, hablando con un tipo que ni conozco y de otra nación? que fastidio, necesito su ayuda si quiero regresar a casa... esto puede llegar a ser problemático". Recordé que aún no había comprado la comida como para regresar a mi casa así que tenía que seguir en el mercado para poder encontrar al mercader con el que siempre voy.

-No hay problema, solo tengo que caminar por el mercado hasta encontrar de donde vine pero igual gracias por tu ayuda- No es que quisiera alejarme de él, no parecía asaltante ni nada por el estilo, es mas, parecía un tipo agradable... pero no era común para mi que alguien me hablara, si llegara a descubrir que soy de la nación del fuego es posible que le diga a todo mundo y me encierren, torturen y luego asesinen. Es cierto que en esta guerra existe una cantidad mayor que en las anteriores guerras de rebeldes de la nación del fuego que no están de acuerdo con sus ideales pero ver a alguien de la nación del fuego fingiendo ser del reino tierra, en lo que averiguan capaz creen que soy un tipo de espía en busca del avatar o algo así.

No sé qué me impulsa a presentarme con el chico perdido, que siento que es mucho más grande que yo. Y no sólo eso, más imponente. El tipo de chico que yo anhelaría ser, sin importar su nación. Sé de la guerra, pero así como no me gusta que crean que soy un machista sólo por ser de la Tribu Agua del Norte, tampoco me gusta que piensen lo mismo sobre la Nación del Fuego. Yo había conocido buenos maestros fuego y no pienso hacerle pagar a inocentes la culpa que en realidad tienen los maestros fuego que me dejaron ciegos y terminaron mi familia. Y creo que eso, es la clave para lograr la paz. Le hago una reverencia al chico, y entonces me siento tonto porque no di mi nombre completo, pero decirlo ahora creo que queda más tonto. Sonrío también, divertido porque me parece increíble y genial lo que está diciendo.

- Yo soy bueno ubicándome, soy de la Tribu Agua del Norte. Ahí no hay nada con que ubicarte. Y vine aquí hace relativamente poco.

Rechaza mi ayuda y en cuanto menciona el mercado, le echo una mirada. Sí, tal vez sea mucho mejor que yo no esté ahí.

- O-ok... suerte entonces, señor Sasaki.

Abrazo mi abrigo y me dispongo a marcharme. Era obvio, alguien tan genial no se mezclaría nunca conmigo. Lucho por ser invisible todo el tiempo, pero pese a eso, soy famoso entre algunos, al menos entre la Tribu Agua. Y soy famoso con los instructores de las otras naciones, porque voy y tomo clases de sus técnicas para poternciar la mía. Sí, creo que si soy popular, lo soy por estar algo zafado.

Me detengo en un puesto y compro unas frutas rojas que me dicen que se llaman fresas. Tienen mucha agua y son deliciosas. Volteo para ver al chico, quien seguro ya se perdió entre la muchedumbre.

Me sorprendio la actitud de este chico, la verdad me encerre en mi mundo donde solo yo habitaba porque pensé que todos los demas eran como una maleza que te iba creciendo y creciendo y arrazaba todo a su paso, pero este chico se miraba tan puro como el agua. El chico se despidio, note algo raro en su rostro, como si estubiera resignado o algo por el estilo así que me quede parado observando que hacía. Camino directo a un puesto donde vendían diferentes frutas, estaba algo alejado de donde yo estaba así que me acerque para oír que decía, compro unas fresas pero pareciera que nunca las hubiera visto, bueno no se que tipo de frutas se pueden dar en el polo norte, ya que ahí solo hay nieve y hielo no creo que se pueda sembrar algo.

"Bueno parece que solo era una persona normal que me ofrecio su ayuda, no es como si alguien estubiera interesado en conocerme... bueno he estado solo todos estos años y no necesito a nadie que venga a hacerme compañía, debería de comprar algo de sake y pasar la noche haciendo algún invento que..." suspiro "a quien engaño, mis inventos son un fiasco. Debería de dejar de intentar construir cosas que al final de cuentas explotan al hacerlas funcionar... bueno, eso es lo que me mantiene distraído, lo que me hace no sentirme tan solo. Ese chico... me agrada" sonrei.

Me sente en el piso recostado sobre una pared, tome mi mochila, la cual llevo a todas partes, y saque unas hojas, una pluma y tinta, y me dispuse a dibujar la escena cuando el chico compraba las fresas... no se por que pero me entro la inspiración en ese momento... soy muy rapido dibujando así que no necesito mucho tiempo para terminar con el boceto y ya que tengo buena retentiva puedo guardar la imágen de la escena y hacer el dibujo final en mi casa. Mientras terminaba el boceto note que el chico volteo su rostro hacía la dirección en donde nos encontramos, eso me agrado ya que sentía como interes en mi, no sabía que hacer porque tenía una sensación de querer ser amigo de él "que fastidio, soy todo un idiota" sonreí y lo llame.

-Kai, por aquí.

Compro las fresas porque la verdad es que no conozco mucho sobre la comida de otros lugares. La mayoría de las veces, ni siquiera la había visto. Cierro los ojos y acaricio las fresas... noto en mis manos la textura de cada fruto triangular y las hojas en la parte contraria a la punta. Algunas, no tienen punta y terminan planas. Pequeñas semillas adornan su superficie. Además de la textura, es clara la gran cantidad de agua. Como una y disfruto de la sensación y el sabor. Un sabor más dulce que prácticamente cualquier cosa que haya probado. Al instante, estoy enamorado. Vuelvo a abrir los ojos y la mujer de la tienda me mira como si estuviera loco. Me acomodo las gafas y pago, sonrojado por lo que acabo de hacer y la forma en que me miran. Sí, definitivamente no soy como estas personas. Busco con la mirada al chico tierra pero no lo encuentro. Tomo mi bolsa de fresas y me dispongo a irme, cuando una voz me llama. Volteo en su dirección y lo veo. Lentamente, empiezo a sonreír. No tiene idea lo mucho que significa esto para mí, es como si me aceptaran el mundo genial de los que no son aburridos como yo. Sin dudarlo, camino en su dirección.

- Hola otra vez, señor Sasaki. ¿Quiere una?

Le tiendo la bolsa de las fresas, aunque supongo que por se de Ba Sing Se, seguro no le emocionan tanto como a mí.

- Yo vine de la costa y está justo del otro lado del mercado. Hasta donde recuerdo, las casas están al oeste. Realmente sé llegar mejor al lugar donde dan clases de tierra control.

"Oh Dios ese chico esta loco" sonrío "es cierto que no tengo amigos como las personas normales, ¿eso me hará diferente? ¿Por eso parece que me llevare bien con ese tipo que tampoco parece tan normal?". Se acerca hacia mi y me ofrece unas fresas.

-¿Ya terminaste de romancear con las fresas?- rio un poco y estiro mi brazo para alcanzar a tomar una fresa -sabes, me agrada tu actitud porque no eres una persona común y corriente, en otras palabras eres raro pero me agradas- le sonrío y muerdo la fresa -y oye, preferiría si no me llamas señor, tendremos la misma edad así que no hay necesidad de hacerlo, tengo 18 años y aunque fueras 10 años mas joven no me gustaría que me llamases así porque me hace sentir viejo y amargado.

Parecía que este chico conocía mejor la ciudad que yo y eso que yo he vivido aquí desde hace 11 años... que fastidio, soy todo un perdedor. -Oye Kai, ¿acabas de llegar verdad? no creo q conozcas por aquí, bueno yo tampoco conozco- reí -creo que tendré que confiar en ti, bueno vayamos a el domo de entrenamiento y podemos ubicarnos mejor allí creo- me pongo de pie para comenzar a caminar cuando me pongo a pensar "demonios, si llegamos al domo no se si querrá que haga tierra control y eso es imposible para mi, bueno le tendré que decir que nunca quise aprender, que soy un ciudadano común" -Kai, ya que vienes de la tribu agua del norte, ¿eres maestro agua?

Me alegra ser al menos lo suficientemente genial como para que el chico tierra me llame, pero en cuanto menciona lo que hice con las fresas, me sonrojo y bajo la vista.

- Yo... pre-prefiero tocar las cosas... Suena raro, olvídalo.

Toma una fresa, pero es claro que no le producen tanta emoción como a mí. Lo siguiente me confunde, de verdad creí que se burlaría de mí. Sonrío en cuanto me dice que le agrado y como otra fresa. Aunque después viene el reproche. Uno amigable, pero pues...

- Per-perdón... Yo tengo diecisiete, pero... lo hago por respeto. Está bien, no lo haré más... ahm... Akito.

No es ni viejo ni amargado, es sólo que antes de echarlo a perder, lo que hago es llamar señor a todos los hombres. Tal vez en realidad no comprendo mi posición y por eso lo hago, no lo sé. Quizá sólo sea miedo o que todos me intimidan. Sonrío, lo sigo y comienzo a caminar en la dirección correcta, rumbo al domo de entrenamiento.

- Vine aquí hace como diez meses. Me quedé aquí como cuatro meses.

Supongo que quiero ocultar la verdad... Me acomodo las gafas, un poco nervioso, pero algo me dice que a este chico no le importará. Su pregunta me toma por sorpresa, pero es una de las pocas cosas de las que en realidad estoy orgulloso. Me guardo las fresas en el bolsillo y abro mi bota con agua. Saco el agua con agua control y hago el látigo de agua antes de volver a regresar el agua a su lugar.

- Soy el instructor de maestros agua en la Tribu Norte. ¿Tú eres maestro tierra o no?

Honestamente me da igual. Sólo es como una parte de lo que uno puede ser, pero no todo. Yo admiro a los guerreros y no sólo a los que hacen agua control.

-¿Tocar las cosas? ¿Qué clase de respuesta es esa?- rio un poco -Parece que no soy el único raro en este mundo... bueno los raros somos únicos ¿no? y no se si yo parezco raro pero creo que soy hasta mas raro que tu. Yo también tengo mis cosas raras como que nunca salgo de mi casa porque no me gusta relacionarme con el mundo exterior, solo salgo a comprar alimentos cuando ya es necesario o a dibujar algún paisaje aunque solo dibujo lugares desolados por lo mismo de no querer encontrarme personas- suspiro -que fastidio es esto de perderse, soy tan despistado... ¿seguro que sabes a donde vamos?

Hace años que no hablaba con una persona por tanto tiempo... no sabía si tenía que seguir hablando o ser más callado pues ya he hablado demasiado -sabes, yo vine hace siete años a esta ciudad y no conozco nada aparte de mi casa y del camino hacia el mercado, no conozco a nadie de la ciudad tampoco- froto mi cabeza y rio -parezco otaku yo, apartado de la sociedad y encerrado en mi habitación.

En todo el camino que llevamos ha estado un tanto nervioso pero con esta pregunto noto su cambio de postura, parece estar orgulloso y seguro de sus palabras, y si, como esperaba era un maestro agua... Los maestros agua en realidad odian a los de la nación del fuego si este chico me descubre podría hasta intentar matarme, pongo mis manos en la cabeza y suspiro "Tsk... esto me tenía que pasar a mí? que fastidio". Oigo su pregunta de si yo era maestro tierra.. si digo si me salvaría de que se llegara a enterar de que soy de la nación del fuego... pero si me pide que realice tierra control estaría en problemas.

-No, no soy maestro tierra, soy un simple inventor.

Me muerdo el labio y me sonrojo, apenado en cuanto considera rara mi respuesta. Es que supongo que sí que es muy raro que alguien toque las cosas. Levanto la vista y lo veo cuando dice que él más raro que yo y empieza contarme. Lo miro sorprendido porque en verdad que eso me parece increíble.

- ¿En serio no sales? ¿Y no te aburres? O... bueno, a mí no me gusta la gente pero en el Polo Norte puedo salir y en la tundra no hay nadie.

Sonrío y asiento en cuanto me pregunta si de verdad sé a dónde vamos.

- Es el único lugar al que sé llegar, confía en mí. ¿Por qué no sales, Akito? Aunque bueno... yo no salgo mucho, estoy intentándolo.

Akito me pregunta si soy maestro agua y es en lo único en lo que me muestro orgulloso. Soy un buen maestro, aunque aún busco ser mejor. Le hago una pequeña demostración y pregunto si él es maestro tierra. No entiendo por qué se pone nervioso, pero parece que es porque él no controla ningún elemento. La respuesta me parece incluso mejor y más sorprendente que si me hubiera dicho que era maestro tierra.

- ¿Eeeeh? ¿En serio? Wow, inventor, ¡genial! ¿Me enseñarías lo que inventas? En la Tribu Agua no tenemos esas cosas... Creí que sólo había máquinas en la Nación del Fuego. Se ve que tú eres genial.

Casi voy dando saltos, completamente emocionado. Esperaba toparme con un maestro tierra, pero esto fue mucho mejor.

No tardamos en llegar al domo y le señalo.

- Listo, llegamos.

Parece estar sorprendido de que sea un inventor... bueno dice que no hay ninguno de donde viene pero ese motivo es suficiente para emocionarse? Nunca pense encontrar a alguien que le emocionara tanto la profesión de inventor... Al oír sus elogios me sonrojo y volteo el rostro para que no lo note. Luego oigo lo de la nación del fuego "¡Demonios! ¿Sera que mi profesión me delata? Necesito dejar claro que no soy de la nación del fuego".

Con un tono algo nervioso contesto -N... No, no solo en la nación del fuego- rio nervioso -creo que soy el primero de una nueva profesión aquí- Note que parecía muy nervioso entonces mejor intente calmarme un poco -Claro, cuando queiras te enseño mis inventos... aunque a decir verdad la mayoría me explotan en el rostro.

Me pregunta si no me aburro o por que no salgo... No hara ningun daño contarle al verdad. Pongo mis manos detras de mi cabeza, miro al cielo y suspiro "que fastidio" -Si, he pasado los ultimos once años de mi vida solo en una habitación... y claro que es muy aburrido... bueno al principio era aburrido, me sentía solo todo el tiempo pero supongo que luego me fui acostumbrando a esa sensación... bueno creo que tambien empece a hacer inventos y a dibujar para distraerme de esa soledad.

Hago una pausa antes de continuar y explicar porque nunca he salido... -¿Por qué nunca he salido?... no... se... no tengo idea...- descubrí que algo no estaba bien en mi... nunca me había preguntado eso "¿Por qué? ¿Por qué? ¿Qué fue lo que ocurrio? No recuerdo" me detengo y me tomo la cabeza "¿Qué? ¿Por qué no recuerdo mis razones para vivir solo? Se que soy de la nación del fuego, se que vivo en Ba Sing Se desde hace once años... ¿Por qué no recuerdo nada antes de venir a este lugar?".

-No recuerdo nada de lo que me paso antes de estar en Ba Sing Se... algo me hace quedarme dentro de mi casa... algo me hace desconfiar de todo mundo... pero no se que es.

En verdad por alguna razón me parece muy emocionante que él tenga una profesión tan original. Ni siquiera había escuchado de alguien que la tuviera, soy afortunado por haber podido conocerlo. Se pone nervioso, seguro porque mencioné a la Nación del Fuego y luego río un poco cuando dice que le explotan los inventos en la cara.

- Creo que no debí mencionar lo de la Nación del Fuego, pero bueno... es que yo no puedo creer que todos ahí sean malos. En mi tribu hay gente mala, no creo que la maldad o la bondad tenga que ver con tu nación. Pero bueno, igual lamento haberte incomodado. Y de todos modos quiero ver tus inventos. Seguro algunos salen mal porque tienes que probar antes de hacerlo bien.

Pregunto por qué no sale, en verdad que eso me intriga muchísimo. A mí no me gusta mucho salir, pero a veces es necesario y ahora que sí puedo ver, la verdad es que lo hago mucho más. Pero está la gente, así que el miedo siempre está ahí. Llegamos pero la verdad es que en gran medida lo comprendo.

- Yo... tampoco salgo mucho y tiene muy poco que salgo lejos yo solo. Mi casa es la más alejada de la ciudad, así que podía ir a la tundra donde no hay nada con qué lastimarme. Yo... antes era ciego. Ahora veo, pero no todo y... bueno, pues salir era peligroso. Y le tengo mucho miedo a la gente, así que te comprendo.

Parece que he sido muy expresivo ya que ha notado mi nerviosismo al oír nación del fuego, bueno parece que no odia a la nación del fuego... tenía entendido que todo el mundo los odiaba pero al parecer no es así. Aun así no puedo revelar mi identidad.

-Tienes razón, la mayoría de la nación del fuego son aldeanos que lo único que quieren es una vida llena de paz, es el reino de la nación y sus seguidores los que quieren arrebatarle esa paz no solo a ellos sino que a todo el mundo. Contratan mercenarios para infundir miedo en toda la nación para que nadie vaya en contra de las ordenes del rey.

Ya recuerdo porque es que me mantengo alejado del mundo... ahora que lo pienso no se como pude olvidar algo tan importante, supongo que no me gusta recordar ese tipo de cosas.

-¡¿Antes eras ciego!? ¿Y como es que ahora puedes ver? Wow, es sorprendente que ahora puedas ver, pensé que si eras ciego quedarías así toda la vida.

Ya nos habíamos quedado fuera del domo por un tiempo así que empecé a caminar hacía dentro ya que me había aburrido de estar de pie, solo quería encontrar un lugar para sentarme y descansar que hoy ya había caminado más de lo que camino en todo un mes.

-Entremos al domo así descanso que ya me aburrí de caminar y de paso miras el tierra control que tanto querías ver.

Tal vez esté mal que yo piense así sobre la Nación del Fuego, pero de ver que la Tribu Agua que se considera la única defensora de la paz ahora que el líder de los nómadas aire y el rey del Reino Tierra se mantienen neutrales y permiten el abuso y el sometimiento de las mujeres... yo no creo que puedas generalizar. El asunto de los mercenarios me toma completamente por sorpresa.

- El fuego es vida también, no me parece correcto usarlo para la destrucción, mucho menos de inocentes. Y mercenarios... eso está mal. Ojalá todo esto termine pronto, porque los que más sufren son las personas que no tienen nada que ver y que como dices, sólo buscan la paz.

Admito que no salgo mucho e incluso le cuento a Akito que alguna vez fui ciego. Asiento, tímido, pero me cae bien, así que le contaré.

- No nací ciego... Soy del Polo Sur y ahm... mis padres murieron en un ataque de la Nación del Fuego. Un maestro fuego quemó mis ojos cuando yo era bebé y el instructor de maestros agua del Polo Norte me adoptó. Todas las noches, me curan los ojos y cada luna llena, con agua del santuario. Mis lentes me permiten ver casi como tú. O bueno, eso quiero creer. Son de cuarzo y me los hizo un maestro tierra. Técnicamente sólo me curaron, pero ya no voy a mejorar más. Sin lentes la verdad es que soy casi ciego. No veo bien a más de cinco centímetros de distancia. El mundo para mí es casi como una simple explosión de colores.

Sonrío apenado pero llegamos finalmente al domo y él parece dispuesto a entrar. Asiento emocionado.

- Me encanta tierra control... entremos.

Entro con él y hay algunos maestros preparándose para el combate. Hay bastante espectadores... y ya no quiero entrar.

- Ahm... yo me quedo aquí cerca de la puerta, ¿ok?

Oí la historia de Kai, "Parece que ha pasado por mucho desde que nació gracias a la nación del fuego. Ellos le arrebataron a su familia y quien sabe cuantas personas que el apreciaba también además de perder la vista casi por completo, si no fuera de la tribu agua seguramente hubiera quedado totalmente ciego toda la vida y aun así él no tiene ningún resentimiento hacía la nación del fuego o sus habitantes... pensar eso me hace sentir como un idiota... eso prueba que aún soy un crio que no ha madurado... que fastidio."

-Sabes... Eres una buena persona, hasta el día de hoy yo habría dicho que todas las personas son iguales, malas y descaradas. Por esa razón es por al cual no salía... cuando era pequeño unos mercenarios de la nación del fuego mataron a mi madre quien era la única que me cuidaba y cuando fui a buscar apoyo de los compañeros de aldea o el mismo reino fui ignorado. Comparado con lo que te paso no es nada y aun así yo odie el mundo y sus habitantes, que fastidio- suspiro con una sonrisa en mi rostro.

Empezamos a entrar al domo y si que habían muchas personas, nunca pensé que a tantas personas les interesara ver como los maestros tierra practicaban sus técnicas. Ya estaba dentro cuando note que Kai se había quedado en la puerta, dice que se quedara ahí.

-No seas tonto, yo sé que es un fastidio estar entre tantas personas pero desde allí no podrás ver bien los movimientos de los maestros tierra y no vine hasta aquí en vano- Y lo lleve a rastras hasta los asientos.

Le cuento mi historia a Akito, pero él parece fastidiado. En cuanto escucho su historia, entiendo por qué. No dejo de mirarlo y siento pena por él. Niego en cuanto termina de hablar.

- Yo no creo que lo tuyo no sea importante. En cierto modo, para mí fue mucho más fácil que para ti. Yo era un bebé y no recuerdo nada de mis padres. Es cierto que de niño lloraba mucho porque me sentía solo, sobretodo sin una mamá. Pero el maestro Sakai fue mi padre y fueron sus ideas y sus órdenes de ir a curarme cada noche durante tantos años, lo que me hizo ver como veo ahora. Tú conociste a tu madre como yo no pude hacerlo, así que siento que te duele más.

Lo miro a los ojos, pero si puedo hacer algo por él, ojalá sea esto.

- Está bien odiar al mercenario que mató a tu madre... ¿pero a toda la Nación del Fuego? ¿Al fuego mismo? ¿Acaso no hay ladrones, gente mala en Ba Sing Se, aunque sean del Reino Tierra? En la Tribu Agua del Norte, sí que la hay. ¿Y ya por eso somos todos malos? Cada uno es como es, sin importar de donde venga. Yo creo de verdad que los maestros fuego que hacen fuego control partiendo del odio, están mal. Pero alcanzar el equilibrio en la mente no es algo fácil. No estoy defendiendo a quienes te dañaron ni a quienes me dañaron a mí, pero estoy seguro de que en la Nación del Fuego hay personas buenas, personas normales... los aldeanos que mencionaste que sólo quieren la paz.

Luego entramos al domo, pero espero que este inventor no se llene de furia y cree inventos que destruyan a personas inocentes. Pero el domo está lleno de gente y me asusta.

- Bue-bueno...

Me jala del brazo y sólo alcanzo a pedirle una cosa.

- ¡Por favor, donde no haya tanta gente!

Kai a pesar de ser un chico al igual que yo es más maduro que yo, dicen que las personas van madurando conforme va teniendo experiencias en la vida y desde que me encerré para no volver a convivir con el mundo detuve muchas experiencias que pude haber tenido y me hubieran hecho madurar y crecer como un adulto. Es cierto que ser un adulto es un fastidio pero madurar un poco y no quedarse como un crío malcriado sería la mejor opción... Bueno, dicen que todo en el mundo pasa por algo, al parecer el encuentro con este chico estaba destinado a pasarme para encontrar el camino que mi madre hubiera querido que tomara.

-Tsk..- llevo mi mano a la frente y sonrío -Tu me llamabas señor y al final yo soy el que recibe una lección de tu parte... parece que yo soy el que debería de llamarte señor.

Camino con Kai hasta unos asientos que se encontraban en la primera fila... se encontraba vacía toda la fila lo cual me parecía raro pero era el mejor lugar para observar los movimientos de los maestros tierra y ademas que Kai parecía no querer estar cerca de muchas personas y no tiene buena vista así que sentí que fueron los mejores lugares.

-Aquí podrás ver bien sus movimientos Kai.

OFF: Las filas de adelante se encuentran vacías porque nadie quiere salir lastimado con las piedras perdidas aunque yo no lo se xD.

Intento que Akito aprenda algo, aunque no sea un maestro agua al que yo le enseñe, pienso que está bien decirle esto. Porque es la verdad... porque pese a todo, pese a la guerra y pese a haber perdido a mis padres y pese a ser débil visual, no puedo odiar el fuego. No puedo odiar a los dragones ancestrales que se lo enseñaron a los nombres ni puedo negar algo tan hermoso. Sonrío y niego cuando me dice que puede llamarme señor.

- Preferiría que me llamaras amigo... Creo que compartimos el miedo al mundo y el pasado desagradable, pero creo que podemos salir adelante siempre.

Entramos al domo pero termino cerrando los ojos en cuanto nos adentramos en lo que me parece a mí, una increíble muchedumbre. Claro que no lo es, pero yo la siento así. Me sostengo los lentes con la mano libre y sólo vuelvo a abrir los ojos mientras tiemblo, cuando escucho la voz de Akito. Volteo a mi alrededor y veo que hasta adelante no hay nadie más. La gente me queda a unas filas de distancia y empiezo a calmarme.

- Gra-gracias... Será genial.

Me acomodo los lentes y me siento. Sólo trato de respirar. Miro al frente y veo llegar a un maestro tierra enorme que camina y se planta como luchador de sumo. Y entonces me aíslo del mundo al ver cómo pelea con otro fuerte guerrero. Estudio sus movimientos, la forma tan firme en que se plantan y la forma ne la que colocan sus manos.

- Wow, es increíble...

¿Amigo? ¿Yo su amigo? La verdad no sé que pensar, mi ser esta a punto de explotar solo de oír esas palabras... no he tenido un amigo desde hace once años. Sonrío y me sonrojo un poco.

-Esta bien, seamos amigos.

Justo al terminar la frase llega a mi mente mi secreto de ser de la nación del fuego... no puedo empezar una amistad si estoy mintiendo, ¿no?... Se mira emocionado de estar en este lugar viendo a los maestros tierra, no debería de ser sincero y decirle mi verdadera identidad... ¿debería de decirle? Si le digo puede que se asuste de mí y salga corriendo o puede que intente matarme... espera un momento él dijo no odiar a la nación del fuego ¿Pero si eso fue mentira y en realidad los odia?... Bueno si será mi amigo tendrá que saber de eso y si no lo acepta pues igual seguiré solo, he estado así los últimos once años así que no pierdo nada.

Veo que nadi se encuentra cerca, al parecer este al final si fue le mejor lugar así nadie lo escuchara. Suspiro y lleno de valor lo digo en voz baja.

-Kai... So-Soy...- y aún así hubo un gran silencio, aprieto los puños y cierro los ojos con fuerza -Soy maestro fuego.

Después de decirlo me sentí tan liberado de decirlo pero al mismo tiempo esperaba la peor de las situaciones, ya esperaba que Kai se levantar y me atacara con agua control o algo por el estilo.

Sonrío ampliamente al escuchar que Akito acepta ser mi amigo. Sé que no es fácil para él, porque ha vivido aislado de todos... y tampoco es fácil para mí. Es genial tener un amigo de la capital del Reino Tierra, ¡y aparte es inventor! No había conocido a alguien tan genial. Y además es una buena persona, me lleva hasta adelante donde no hay nadie, aunque a veces cae, guijarros a nuestro alrededor.

Los maestros tierra son increíbles y trato de imaginarme haciendo los mismos movimientos pero con hielo. Presto mucha atención, pero en cuanto Akito me habla, ignoro al mundo y sólo le hago caso a él. Lo miro confundido cuando tartamudea, me parece algo completamente fuera de lugar para un chico tan genial como él.

Maestro fuego... Me toma enteramente por sorpresa, empezando por el hecho de que tenía la idea de que todos los maestros fuego vivían en la Nación del Fuego. Admito que es la primera vez que estoy cara a cara con un maestro fuego sin... pues fuego de por medio. Por un par de minutos soy incapaz de moverme mientras proceso todo esto. Pero al final, sólo sonrío.

- Ahora entiendo lo difícil que es para ti lo de tu familia...

Le tiendo la mano.

- Gracias por contármelo... Respeto tu decisión de ocultarlo y yo lo ocultaré también. Pero... sé que va a sonar loco, pero... ¿me enseñarías fuego control?

Las últimas dos palabras las susurro lo más bajito que puedo, pero no puedo evitar mirarlo emocionado. Va a creer que estoy loco, o peor, a SABER que estoy loco, pero en verdad sería genial que él, que ya es mi amigo, me enseñara.

Kai estaba muy feliz pero en el momento que le digo que soy maestro fuego y por ende que soy de la nación del fuego se queda estupefacto lo cual me preocupo, creía que en cualquier momento saldría huyendo o me atacaría con agua control pero luego de unos instantes sonríe y parece no estar asustado de mi. Me sorprende la actitud que ha tomado, por más que pensara en el mejor de los casos al contarle no esperaba una reacción tan positiva como la suya.

Sonrío de regreso, es sorprendente que todo vaya mejor de lo esperado. Luego me toma la mano y con una cara de emoción me susurra que guardara mi secreto y que si le puedo enseñar fuego control.

-Emm... Kai... nos miramos raros así, ¿no te parece?- rio un poco -Esta bien te enseñare pero te advierto que no he practicado mi control desde hace once o doce años y no se si todavía puedo controlarlo... además que lo que aprendí era lo básico pues estaba apenas empezando a aprender así que, uno, no puedo hacer tantas cosas como lo que hacen maestros de mi misma edad y dos, mis ataques han de ser demasiado débiles.

Pensándolo bien necesito practicar mi fuego control o si no puede que queme la ciudad por un descuido y además si algún día me encuentro otro maestro fuego no quisiera parecer un inútil.

No me esperaba esto, pero saber que Akito es un maestro fuego refuerza mi idea de que no todo tiene por qué ser como dicen los demás. En la Tribu Agua todo el tiempo dicen que todos en la Nación del Fuego son malos... yo jamás lo creí y ahora tenía una prueba real de que estoy en lo cierto. Tomo la mano de Akito para estrecharla, pero me gana la emoción por aprender fuego control. Lo suelto en cuanto lo dice.

- Perdón...

Jamás lo pensé así, pero pues tiene razón, nos vemos raros. Acepta enseñarme y levanto los brazos emocionado, pero luego los bajo al escuchar tan peculiar historia.

- ¿Por qué no has practicado?

Me parecía muy extraño, pero pienso que tal vez tiene que ver con el mercenario que lastimó a su familia.

- Yo quiero aprender los movimientos. Obvio que no puedo controlar otro elemento que no sea el mío, pero uso los movimientos de otras naciones en mi agua control. A todo el mundo le parece que estoy loco, pero me gusta. Los movimientos de tierra hacen mi hielo más fuerte. Así que podemos intentarlo. Yo le enseño a los maestros agua, así que tal vez algo de visualización te quite un poco el bloqueo.

Pensé que Kai estaba emocionado por estar viendo los maestros tierra pero al verlo cuando le dije que estaría bien enseñarle fuego control exploto de la emoción, no creí que alguien se emocionara tanto por aprender a hacer movimientos que no son los normales para controlar su elemento.

Sonreí por saber que no todos en el mundo son como me los panteaba. Me pregunta acerca de por que deje de practicar fuego control así que decidí contarle mi historia pero en un tono algo bajo apra que nadie más escuchara nuestra conversación.

-Bueno pues mi maestra de Fuego Control murió cuando era niño por protegerme de los mercenarios los cuales la mataron y como ella también era mi madre no me quedo otra que buscar ayuda en el reino y en vez de ayudarme me dieron la espalda así que decidí venir a vivir aquí en el Reino Tierra pero en ella no hay maestros fuego así que nunca aprendía nada más de lo que mi madre me enseño y tampoco he practicado desde que murio.

Es cierto que odio a la Nación del Fuego pero nunca he pensado en mi Fuego Control como alguna maldición o algo por el estilo... para mi es el ultimo regalo que me dio mi madre pero cada vez que intentaba hacer fuego control recordaba aquella noche en la que todo se oscurecio.

Estoy feliz porque por fin voy a tener un maestro de fuego control. Y suena raro, y sólo refuerza que todos dicen que yo quiero ser el avatar, potenciado porque mi maestro me apodó como el avatar anterior. Pero no me importa, de verdad quiero aprender. Además, creo que me ayuda porque así comprendo mucho mejor a las otras naciones.

Akito habla en voz baja y me acerco a él para escucharlo. Se me rompe el corazón con lo que dice, me parece en verdad hermoso que su mamá le haya enseñado. Tal vez así me hubiera pasado a mí.

- Lo lamento, Akito...

No sé qué más decir, pero siento que puedo entender muy bien lo que dice.

- Mi maestro... murió hace poco frente a mí, igual que tu madre. Te entiendo perfectamente. Pero... ¿y si aprendemos de otro lado? Hay una biblioteca en el desierto y hay pergaminos de todas las naciones. De ahí he sacado algunos movimientos. Podríamos ir también. Creo que debes aprender a dominar tu elemento.

Después de ese recuerdo triste y de oir que Kai tenía una historia muy similar a la mía todo se había tornado en un ambiente algo gris, triste e incomodo así que hice una gran sonrisa para mejorar el ambiente.

-No te preocupes, el pasado en el pasado ¿no? Y tienes razón uno de estos días deberíamos ir a la biblioteca porque si me atrevo a ir solo seguramente terminare perdido. A lo mejor aprendere a como crear fuego que a penas y puedo manejarlo.

Supongo que para como esta el mundo, a mitad de una guerra, necesitare aprender un apr de truquillos para poder defenderme si llegara a terminar metido en algún problema.

-Oye cuentame más de eso que dices de usar movimientos de otros elementos para tu agua control, ¿Que acaso te hace tener nuevos poderes o algo parecido?- río por la broma -No, pero en serio, oí que dijiste que los movimientos del tierra control hacen que tu uso de hielo sea mejor... ¿que hacen los movimientos de los demas elementos? ¿Y que movimientos conoces ya? supongo fuego control no y por eso me lo pides a mi.