El Fuego Se Esparce [Akemi, Lin, Lagen, Lin, Akito, Yanshi][Trama][Privado]

Quizás su plan hubiese tenido algunos percances, pero no iba a dejar que eso echara a perder todo lo que ya había logrado. Le había costado horrores poder salir del palacio sin ser detectada, o bueno, al menos hasta que el stalker de su guardaespaldas la intercepto a medio camino. Rodó los ojos por detrás de la capucha que tenía para que la gente no la reconociera.

Suspiró largamente antes de acercarse a él y susurrarle - No tengo idea de donde estamos exactamente - Muchas veces antes había estado en el muelle, pero... por pertenecer a la familia real, tenían un lugar designado, ahora se encontraba ahí, lo podía decir por el olor a agua salada, pero se sentía perdida. Al menos algo que podía reconocerle al stalker, era que hacía bien su trabajo. Quien sabe que haría el señor del fuego de perder a la que le quedaba de sus hijos.

Había decidido viajar a la nación del fuego, me costo un poco pero logre que me dejaran viajar a la nación del fuego sin escolta, aunque creo que mandaron a alguien para seguirme y asegurarse que no me pasara nada. Hasta ahora hago como que no lo sé, no pienso hacer nada que me ponga en riesgo, sólo quiero dar una vuelta.

Llegamos por fin la nación del fuego, bajo del barco, veo todo mientras bajo. Camino un poco, no reconocía mucho de lo que estaba viendo. Tenía tiempo que no venía a dar mi vuelta, ya era más que necesario. Pongo las manos en los bolsillos y camino despreocupado. Hay mucha gente así que paso desapercibido, cada quien parece estar en lo suyo.

Aún recordaba perfectamente bien la primera vez que había puesto mis pies aquí, el nudo en la garganta que traía disfrazado del caminar orgulloso que cualquier miembro de la nación del fuego con amor a su hogar posee. Escuche la pregunta de Akemi acercándome un poco a ella para escucharla mejor–Pues, en un lugar donde a tu padre no le gustaría verte seguramente- Pues, estábamos en medio del muelle, lugar donde se arriesgaba completamente a que algo le pasara en caso de que dieran con quien era, cosa que dudaba. Aun así, acompañarla había sido la mejor opción, aun regresándola al palacio sabia que tarde o temprano se terminaría saliendo, y por alguna razón, realmente comenzaba a preocuparme que algo le pasara aunque me fastidiara todo el tiempo. –Estamos justo donde podrás observar a todas las personas que ingresan a la nación del fuego- –Estamos justo donde podrás observar a todas las personas que ingresan a la nación del fuego- Arquee una ceja al observarla con la capucha Creo que te ves mas sospechosa que un espía con esa capucha-– mencione riendo levemente, se notaba que no salía mucho del palacio.

Demonios creo que era mucho mejor cuando me quedaba encerrado en casa porque desde que empecé a salir los del Reino Tierra han estado interesados en mi, parece que mis inventos no son tan malos como pensé. Pero bueno, ¿como pase a de ser el inventor del reino a ser el guardaespaldas de un tipo que ni conozco? Solo me dijeron, él no te conoce así que contamos contigo y me subieron al bote sin que pudiera hacer algo... malditos sean, me enviaron al lugar al cual nunca quise regresar.

-Aah, es un fastidio.

Después de un suspiro empiezo a seguir al supuesto emperador del Reino Tierra. Es algo irónico que el Reino Tierra tenga miedo de que su preciado gobernador se dirija a la Nación del Fuego y como guardaespaldas envíen a alguien que es de ese mismo lugar... si supieran que soy de la nación del fuego seguramente estaría preso en vez de estar de guardaespaldas... en momentos así me pongo a pensar que tal vez sería mejor estar en la cárcel todo el día descansando y con comida gratis a estar de niñero, ¿no?

Le echó una mirada ceñuda y se quitó la capucha rápidamente antes de cruzarse de brazos - Aguafiestas - murmuró mirando hacia otro lado. En algo tenía razón su niñera, podía ver quienes se iban de y llegaban a la nación del fuego. En la zona en la que se encontraban, además de poder observar los navíos, se podían apreciar alineados algunos puestos con cosas que al parecer estaban más que frescas, o al menos eso pensaba la pelirroja al ver un tentáculo moviéndose.

- Cuando mencioné lo de ver lo que hacía la gente, pensé que iríamos a un lugar con un aroma más... - ni siquiera se tomó la molestia de terminar la oración puesto que su mano se dirigió rápidamente a tapar su nariz. Sus ojos comenzaron a recorrer los puestos, tratando de encontrar algo interesante que ver, sin embargo aquello no tardó mucho, puesto que al estar ocupada en otra cosa, no se dio cuenta hacia donde iba. Directo a la espalda de un hombre [Yanshi] - ¿Pero qué...? - ¿No se suponía que Lagen estaba ahí para cuidarla?, pensaba al mismo tiempo que se tallaba la frente. Rodeó al hombre antes de que pudiese éste contestarle y le recriminó - Oiga señor, tenga más cuidado, no puede estar parado ahí como si... - el dedo índice que había alzado para reprenderlo se cayó. ¿Por qué de todos los días en los que pudo haber salido, debía ser ese en el cual Yanshi Li Hu, rey del reino tierra, debía aparecerse?. Mierda.

Noto la presencia de mi guardaespaldas de esta ocasión, suspiro resignado a que seguirá cada paso que dé, lo que no se si me molesta o no. Camino por el muelle mirando todo atento, tenía tiempo de que no me aparecía por por acá y las cosas visiblemente habían cambiado. Me detengo para observar todo mejor.

Alguien choca conmigo, giro para ver de quien se trata, pero ella se pone delante de mí y me apunta con el dedo. Se queda callada a la mitad de la frase, lo que me hace reír.

-Disculpe señorita, pero creo que no fue todo por mi culpa.

Hago una ligera reverencia, veo a su acompañante y lo saludo.

-¿Le importa si la acompaño... a lo que sea que haga? Acabo de llegar y las cosas han cambiado mucho.