Flor de azahar [Jinora Grantaire]

Entrenar era duro, muy duro. Pero pelear era peor... Anoche no me había ido tan bien y honestamente me habían dado una buena paliza. No siempre se puede ganar, y lo sé. Soy bastante novato todavía, aunque soy bueno y eso no lo pueden negar. Estaba mejor, pero aún me duele la espalda, así que me ofrezco a dejar el pedido de la mercancía para nuestra casa de té. Camino por las calles de la ciudad y platico un poco con algunas personas. Le resto importancia a mis heridas porque en realidad, estoy en esto por gusto y no soy perfecto, pero me sirve para practicar. Tal vez algún día de verdad pueda ser maestro metal o aún mejor, maestro cristal. Eso sí que sería genial.

Llego al puesto que buscaba y saco mi lista larga. Ya nos conocen, porque después de todo "La guarida del dragón verde" tiene más tiempo de existir que yo.

- Buenos días...

Bromeo un poco con el viejo que nos consigue todas las plantas para los tés y hago poses, señalo, hablo chistoso y río bastante. Es un hombre divertido y creo que fue el primer fan que tuve. Es un hombre divertido, que dice que puede saber si va a llover porque le empiezan a doler las reumas. Quién sabe si sea cierto, pero por si acaso, cuando me lo dice vuelvo a casa. Le entrego la lista, aunque de ahí importa más la cantidad que otra cosa, porque él ya sabe lo que queremos. Me despido y le dejo la lista, ya sé que tendré que volver en unos días por todo. Y entonces volteo y me dispongo a volver.

Mi vida en Ba Sing Se era aun mas dura de lo que pensé, y tal vez no lo seria si fuera capaz de ver pero era ciega y huérfana, solo tenia a Pabu, mi mejor amigo el cual se unió en mi camino cuando iba en los bosques de bambú hacia Ba Sing Se al tener 8 años y ahora hacíamos el recorrido para irnos a la Tribu Agua del Norte el cual tal vez seria mejor para mi, de todas formas la vida seria difícil fuera donde fuera, y mi control del agua aunque era muy bueno para haber aprendido sola después de los 8, tenia que haber un lugar donde me adaptara y aprendiera, tal vez estar ahí fue porque mis padres querían vivir ahí, pero ya estando ahí tantos años me preguntaba si era lo mejor vivir ahí, pero para eso tendría que salir de ahí y eso hacia. Aquella mañana había empacado unas cuantas cosas esenciales para mi camino a la Tribu del Norte. Como Guerrera Kyoshi tenia el deber de estar con mi grupo pero tuve el permiso de hacer mi viaje y así es como me encontraba ahora saliendo de mi hogar (Llevaba un kimono sencillo color crema con dibujos dorados, pantalones dorados al igual que sus zapatos y el cabello suelto).

Andaba con cuidado caminando por las calles del lugar con Pabu caminando a un lado sintiendo su pelaje en mi tobillo, al sentir un movimiento de el, yo me iba junto para seguirlo y guiarme hacia donde debía de ir, pero caminar aunque ya podía mejor, aveces temía de caer, supongo que seria mas fácil si pudiera ver de alguna otra forma.
Sentía el radiante sol en mi cabello y el fresco aire en el rostro, parecía ser un delicioso día pero nunca se sabia cuando de lindo día se podía transformar en desastroso, incluso parecía que todo iba de mi lado para mi camino pero después de un rato caminar escuche a Pabu y de pronto deje de sentirle, debió haber tenido hambre tal vez, nunca le dejaba así por nomas y para ser sincera nunca desayunaban muy bien.
-Pabu? Pabu!-
Le llame tratando de quedar quieta y escuchando mas atenta de no llegar a tirar algo, pero avanzaba muy poco deslizando los pies con cuidado cuando sentí un tremendo golpe girándome y luego callendo al suelo, estaba bien que fuera chica y delgada, pero aquella caída fue exagerada incluso para mi.

Caminé por las calles después de dejar al viejo que nos conseguía las hierbas. La verdad es que por la posición del sol, mi hermana pronto volverá a casa. Tal vez podía pasar por ella... Me detengo en la orilla de la calle y me estiro aunque me truenan los omóplatos. Pero se siente mejor. Observo el paisaje, a toda la gente que camina por la ciudad, familias, gente sola, parejas... A veces me pregunto cómo es el mundo de afuera y me gustaría conocer la Nación del Fuego. Después de todo, es la nación de mi padre.

Cuando empiezo a pensar que se me antoja un té de canela, alguien choca conmigo. Volteo y veo que es una chica que no he visto antes y muy delgadita. Me agacho para ayudarla a levantarse y le tiendo la mano.

- ¿Estás bien, rubia? Vienes en las nubes, ni ve viste... ¿te lastimaste?

Tiene la mirada perdida... Va bastante elegante como para ser alguien de por aquí. Tal vez sea una de las niñas ricas del otro sector, eso explicaría que no sepa moverse por las calles de la ciudad.

- ¿Te perdiste? Puedo llevarte de vuelta a casa, si gustas. Me llamo Ryuu.

Al chocar sentí un dolor en las palmas de mis manos, pase mis dedos por ellas y sentí solo pedasitos de piel raspados, nada de sangre, luego lleve mi mano a mi rodilla y no sentí sangre, la persona con la que había chocado pronto trato de ayudarme a levantarme y antes de que lo hiciera tome mi mochila que se había caído de mis hombros y la sentía a un lado de mi tobillo derecho.
-Si, estoy bien... no, enserio perdona, si hubiera sentido tu presencia me habría movido-
Comente sin importancia cuando tome en cuenta sus palabras "visto"... no noto que no podía verle, pase por una chica normal y el seguía hablándome como si nada, la simple idea me hizo sonreír y no trate de corregirlo, sacudí mis ropas y me tape las palmas de las manos con las mangas ya que ardían un poco por la caída.
-Un gusto Ryuu, soy Jinora-
Dije volteando discretamente a distintos lados tratando de captar el sonido de mi travieso hurón.
-Am... no quería volver a casa, en realidad, iba de salida de Ba Sing Se, y no puedo sin Pabu, no as visto por ahí un hurón de fuego?-
Comente algo distraída, y bueno, si no podía oírle, mínimo un poco de ayuda de alguien que pudiera ver, odiaba cuando Pabu hacia eso, el sabia que cuando dábamos caminata no era muy bueno que lo hiciera, ese hurón nunca aprendería y terminaría callendo a un barranco si no lo sentía y aprendía a sentir mi alrededor mejor.

Veo confundido a la chica que empieza a ver qué tanto se lastimó. Me da pena así que trato de ver a otro lado. La verdad es que sí me siento un poco culpable por esto, pero no por completo porque ella chocó contra mí. Ambos tenemos la culpa. Levanto una ceja cuando me dice eso de sentir mi presencia.

- ¿Sentido?

Pregunto confundido pero entonces la veo con más atención. Tiene la mirada perdida y entonces pienso que lo que pasa entonces es que seguramente no puede ver. Al verla, creo que escapó o algo porque no parece traer nada que la ayude a moverse con facilidad. Creo que alguien muy irresponsable la dejó salir. Aunque no me ve, sonrío cuando me da su nombre pero de nuevo me toma por sorpresa. ¿Así que se va de la ciudad? ¿Sin equipaje?

- Ahm... ¿y tu equipaje?

Me pregunta por un hurón de fuego y echo un vistazo pero hay tanta gente que es obvio que no lo voy a ver.

- Hay demasiada gente, no puedo ver un animal tan pequeño. Y ahm... disculpa si te molesto pero, ¿acaso eres ciega?

Creo que estoy siendo entrometido, así que espero que no se moleste.

Me pareció divertido que se confundiera el chico, al principio me pareció genial que no se diera cuenta que no veía pero era lógico que se daría cuenta al final, ademas, con la forma en la que actuaba era lógico que lo vería. Con su pregunta de "Sentirlo?" no creí que tomara mucha importancia, el tema se desvió un poco y yo me encogí de hombros tratando de evitar eso, en realidad no me parecía tan importante así que lo deje pasar.
Escuchaba mucho ruido, varios pasos veloces, otros carritos de comida que cargaban animales grandes según escuchaba y gritos de vendedores de paso supongo, tal vez nos encontrábamos cerca del mercado, no estaba segura, y luego escuche su pregunta y reí con una sonrisa y patee la mochila que chocaba con mi tobillo.
-Ese es mi equipaje-
Dije con la sonrisita inocente que quedaba después de mi risa y luego me gire como si en verdad pudiera ver por el gentío, puse las manos en mi boca e hice un chiflido curioso con la manos, así llamaba a Pabu, esperaba y saliera así, aun y con el comentario de Ryuu, esperaba que ese pequeño travieso saliera. Gire después a el como si lograra verle los ojos y sonreí de una forma algo torcida y pase mi mano por enfrente de mis ojos, no me molestaba eso, incluso hacia bromas de eso, prefería reírme de mi a que lo hagan otros a mis espaldas.
-Como Tejon Topo-

La chica que chocó contra mí es un poco extraña, pero además de eso, parece estar bien y eso es siempre bueno. En parte me siento culpable, aunque no busqué lastimarla jamás. Intento incluso buscar a su mascota, pero la verdad es que en una ciudad tan grande como esta, y a esta hora en la que pareciera que todos están afuera, lo veo bastante difícil. Más aún cuando los hurones son muy pequeñitos. No me contesta el comentario raro sobre que no me sintió pero sí me muestra que su equipaje es una pequeña mochila.

- ¿Te llevas tan poco? Vistes muy elegante, creí que llevarías más cosas.

En comparación con mi ropa tan sencilla y llena de tierra, ella es casi como una princesa. Jinora hace un extraño silbido y hago una expresión casi como de dolor. Fue muy agudo y yo estaba muy cerca.

- Auu...

Luego me atrevo y pregunto si es ciega, pero pareciera que lo es e intenta fingir porque no me ve a mí en realidad, su mirada está desviada como por medio metro. Su sonrisa me contraría, tiene tintes maquiavélicos y pienso que tal vez busca venganza con alguien por esto. Me rasco la cabeza y escucho lo de los tejones topo.

- Ahm... lo siento, no era mi intención molestarte. Para ser ciega, eres muy curiosa, creí que todos los ciegos usaban bastón. Y tu hurón pues... es muy pequeñito para ser un lazarillo, ¿no? Seguro por eso chocaste conmigo. Tuviste suerte, en esta ciudad a quien no le agrada que choquen con él.

Echo una mirada, pero hay demasiada gente.

- Tal vez debas llamar otra vez a tu hurón... Te avisaré si lo veo.

Yo se que hacer amigos no era lo mio, nunca había sido buena con la gente por ser ciega, supongo que les perturbaba a pesar de ser amable y siempre querer ayudar, mi intención nunca fue algo malo, o asustarlo... acaso los ciegos podíamos asustar a personas, tal vez por feos y para ser sincera no recordaba como era de chica. Podía ser eso.
Por su pregunta del equipaje me sorprendió un poco y tente mis prendas con delicadeza, si eran telas suaves pero no tenia la menor idea de como estaba, en realidad, ese traje me había ayudado una joven a tomarlo hacia ya mucho tiempo y ni idea de como me encontraba.
-Si, solo llevo lo esencial, no tengo mucho ademas, y la verdad no se como ando vestida-
Dije aun con la sonrisa en mis labios y me encogí de hombros. Al hacer el llamado para Pabu cuando vi a Ryuu con su gesto.
-Perdona, no fue mi intención...
Dije con una mueca delicada y suspire como tratando de olvidarme lo difícil que era hablar con gente nueva, había olvidado eso de hacer amigos.
Para ser sincera me pareció raro que comentara eso, incluso divertido... seria insultante para otro ciegos acaso?
-Curiosa...? Am... Pabu es algo así como mi lazarillo, camina por mi tobillo y yo le sigo, sigo su presencia y el me avisa de cosas, ademas no se que otro podría ser mi amigo, Pabu lo conocí cuando tenia 8 y venia a Ba Sing Se
Dije algo confusa por su contestación y luego escuche eso de llamar a Pabu de nuevo y torcí los labios dudando, no quería lastimarlo de vuelta por el chiflido, pero luego escuche a Pabu, no se donde, pero escuche su contestación y sonreí alegre de que la bola de pelos volviera como siempre.
-No es necesidad, ya viene, le escuche-
Y al poco rato sentí un peso ligero y rápido que paso por mis hombros levante mis manos a mis hombros y sentí el suave pelaje de Pabu, de seguro había ido a pillar algo de comida.

Por lo visto la chica no tiene mucho tiempo de haberse quedado ciega. O alguien la viste... En realidad era muy extraño esto, yo puedo vestirme en la oscuridad y al menos toco la ropa y noto cómo es.

- Ahm... pues tienes un kimono, uno de verdad. Color... ahm... casi blanco, como la leche y con dibujos dorados. Sólo he visto a las chicas de la zona rica vestidas así. Y traes... pantalones. Creo que alguien te jugó una broma, el kimono de chicas no lleva hakama. Ahm... ¿los colores sí los conoces? Puedo intentar describírtelos...

El silbido me suena muy agudo, me tomó por sorpresa.

- Sí, no te apures...

Luego parece que mi comentario no es tan bueno y me rasco la cabeza, despeinándome un poco.

- Ahm, bueno, sí curiosa. He visto algunos ciegos y no pareces una de ellos. Me pregunto en realidad cómo te mueves... Me parece mucho más peligroso que camines con el hurón cerca, ¿no lo pisas todo el tiempo? Creo que te iría mejor con bastón, pero bueno, es mi opinión. Eso no impide que tengas una mascota. Pero bueno, no tienes por qué tomar en cuenta a un desconocido... ¿De dónde eres entonces?

Lo más raro es que escuche a un hurón que no hace sonido alguno. Creo que está jugando conmigo, la verdad.

- Yo no lo escuché chillar... Bueno... ¿Puedo ayudarte en algo más? Yo he vivido toda mi vida en Ba Sing Se, así que puedo llevarte a algún lugar, si quieres. No sé donde vas a iniciar tu viaje.

Sonreí divertida cuando comenzó a decirme como estaba vestida y levante las manos negando tranquila.
-Me refiero a que no se si estaba andrajosa o elegante, solo se que tengo un traje muy cómodo. Puede que no era una broma si no alguien muy amable que pensó que estaría cómoda con pantalones, pero bueno, no te preocupes, si recuerdo los colores, suena muy lindo en realidad como me describes, al menos parece que estoy convinada-
Dije encogiéndome al final restandole importancia, el físico desde ya hace muchos años me había dejado de importar, estuviera bien vestida o no, yo fuera bonita o no, ya no importaba, así ademas sabía quienes eran verdaderos amigos y quienes no, me parecía mas... real verlo de esa forma.
Al escuchar como contestaba supuse que ya no sabia que decir, debí acorralarle un poco con mi pregunta o algo por el estilo.
-Bueno, Pabu esta acostumbrado...ambos lo estamos a caminar de esta forma, por suerte no lo piso, o de seguro me odiaría, aunque sabes? Me vendría bien saber moverme como un maestro tierra, de seguro no necesitaría ya siquiera de Pabu si pudiera caminar tan firme como ellos, aunque no se me da mal lo que puedo hacer sola.
Dije algo orgullosa de mis avances sola, en realidad no era gran cosa, no veía todo totalmente negro, en realidad podía saber que había cosas en ciertas partes cuando me acercaba, pero todo era como ver por sombras, pero bueno, pelear y poder hacer trucos estilo acróbata lo había aprendido de chica, cuando aun veía, al igual que ser maestra agua, y ahora solo me acostumbre y entrene sola... no podía llamarme maestra agua, pero me defendía bien.
-Nací en Omashu pero viví en la Tribu del Agua Sur-
Cuando dijo que no lo escuche chillar quise reprimir una leve risita.
-Si que lo hace, con el tiempo aprendes a escuchar y esperar antes de cualquier cosa, pero bueno... Am, supongo que... a salir de Ba Sing Se me vendría bien, te molestaría mucho si me guías tu? Con Pabu yendo a conseguir comida todo el tiempo no llegare hasta mañana a la salida-
Dije tomando a Pabu de mis hombros a mis brazos abrazandole con cariño por lo travieso que era, pero lo deje y paso de nuevo por mis hombros cuando me agache a tomar mi pequeña mochila y me la colge por la espalda.

Jinora me explica lo que no entendí sobre la ropa y ahora todo es mucho más claro. Creí que esas cosas le importaban mucho a las chicas, a mí en realidad me tiene muy sin cuidado. Prefiero la comodidad, aunque sí me gusta el color verde y lo combino con café, sobretodo cuando estoy en la casa de té.

- No sé de combinaciones, pero yo creo que te ves bien. ¿Suficiente con eso?

Río un poco, porque en realidad... creo que eso son cosas de chicas. Luego intento explicar por qué me parece una ciega curiosa. He visto a algunos y ella no cumple el perfil de los otros, aunque no es algo que importe porque yo no juzgo a la gente. Cada quien es como es, y de hecho me molestan algunos estereotipos, particularmente los que afectan a mi familia. Ella menciona a los maestros tierra y recuerdo a la legendaria maestra Beifong.

- ¿Te refieres a lo que hacía la primera maestra metal? Eso no se puede a menos que seas un maestro tierra. Puedo enseñarte a pararte más firme, yo soy maestro tierra. Pero de eso a ver con el poder de la tierra... necesitarías ser una maestra tierra y por la forma en la que te mueves, sé que no lo eres. Nos movemos diferente, nos paramos diferente... como rocas.

Descubro que ella es algo así como una viajera.

- Vaya... ¿Y no hace un frío horrible en el Polo Sur?

Yo no escuché al hurón, la verdad, pero bueno, sólo me encojo de hombros.

- Yo escucho y espero... la primera lección de todo buen maestro tierra. Será que no me llevo bien con las cosas peludas. Puedo llevarte, pero no sé a dónde quieres salir. ¿Quieres ir al muro? No te recomiendo el desierto...

Exhalo lo más silencioso que puedo, porque el desierto no me trae buenos recuerdos y luego tomo su mano libre y me la coloco en el hombro.

- Creo que soy mejor lazarillo que tu bola de pelos.

Off: Perdona, eh enfermado y tal vez tarde con los post, contestare por ipod cuando ande mejor c: disculpa!

Tanto como el y yo no sabíamos mucho de modas y eso pero pareció divertirle el echo que estaba hablando como chica, tratando sobre combinaciones, colores, y estilos... vaya, eso era divertido, me arranco una sonrisa divertida del rostro y estaba segura que el también había sonreído por el echo, yo solo asentí con aquello tapándome ligeramente la boca para contener la risa.
Al escuchar lo que dijo me hizo suspirar, la historia de la gran maestra metal, Toph Bei Fong la admiraba, y deseaba ser como ella aun y cuando jamas podria.
-Si bueno, yo se que jamas podre hacerlo, pero al menos no temer moverme, tal vez y deje de necesitar mi mini-lazarillo. Maestro tierra? Es fantástico! Soy maestra agua y se que no se llevan esos elementos pero aprendería rápido!-
Dije radiante de felicidad, olvidándome de otras cosas o que iba de salida.
-Pues... que recuerde si, pero hace mucho tiempo que no voy, pero sabes aprender lo bueno de aquel lugar-
Dije pasándome la mano por el cabello y colocandolo tras mi oreja.
Su ofrecimiento era tentador y fui asintiendo con lo que dijo.
-No, los desiertos y maestras agua no nos llevamos, yo llegue por bosque, ahí fue donde me uní con Pabu, sabes por donde es? O estoy muy desorientada?-
Pregunte mientras sentía como el colocaba mi mano en su hombro y volvía a reír con su comentario, ya tenia nuevo apodo para Pabu.
-Escuchaste Pabu? A alguien no le gustan las bolas de pelo como tu, te están quitando tu lugar-
Comente bromista mientras seguía el paso de Ryuu y recargaba mi otra mano en las agarraderas de mi mochila.

Off: no hay problema, mejórate n_n
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Río también porque de verdad que no sé nada de moda. Lo que sé de colores es porque me gusta y ya, o más veces, porque o mi madre o mi hermana me ayudaron a escoger. Cuando Jinora me dice que quiere aprender a ver con el poder de la tierra, aunque me duele matar sus esperanzas, prefiero decirle la verdad. Parece aferrarse y aunque la miro triste, intento decirle algo que le sirva.

- Jinora... yo creo que el miedo a moverte es algo más de la mente que de moverte como me muevo yo. Tienes que perderle el miedo por ti misma. Yo creo que los maestros tierra caminamos con mucha seguridad porque inconscientemente, también sentimos la tierra. Y... no creo que puedas más que cambiar el lazarillo por un bastón o por un perro o algo por el estilo. Lo único que puedo enseñarte es a caminar, pero no puedo suplir tu vista.

Creo que tiene que aceptarlo...

Me dice que viene del Polo Sur y no sé cómo logró viajar tanto siendo ciega, pero parece que tampoco vivió mucho tiempo ahí. Luego me ofrezco a llevarla a donde va, pero no entendí bien así que pregunto.

- No, pero está un poco lejos. ¿Cuánto tiempo llevas perdida?

Coloco su mano sobre mi hombro y empiezo a caminar mientras ella le habla a su hurón. Creo que deberíamos tomar el tren, así que me dirijo a la estación más cercana.

- Aquí es suelo es bastante liso, no tendrás problemas. Te avisaré cuando no sea así.

La verdad con lo que dijo no me dolió, yo lo sabía y sentía que lo mal interpretaba, yo sabía que nunca podría hacer eso, que sólo era una forma como ser más firme tal vez pero era imposible aclararlo, el no podría entenderlo.
-Si bueno, eso lo se, no tienes que explicármelo, para volver a ver tendría más esperanza a ver a un curandero o poder aprender curación ya que lo mío solo fue un poco de... Bueno, como sea-
Dije restando le importancia a algo que no debía importar a un extraño porque si, era alguien que conocí de hace unos 10 minutos.
Suspire de nuevo y gire como si supiera a donde iba y vacile.
-No mucho, Pabu me guiaba cuando se fue por un bocadillo sin avisar-
Comente tranquila, que fuera ciega no significaba que siempre estaba perdida, y no lo estaba, viví mucho tiempo en Ba Sing Se pero Pabu se fue cuando estaba guiándome y simplemente me desoriente, le puede suceder a quien sea.
Iba tomada de su hombro con Pabu en mis hombros y de vez en cuando sentía que iba y venía.
Claro, de eso no tengo problema pero dime, a que área del muro me llevas?-
Comente mientras escuchaba todo mi alrededor y aspiraba los aromas como sí fuera capaz de jamás olvidar su aroma otra vez.

Por lo visto, de nuevo arruiné las cosas, pero en verdad no entiendo qué es lo que quiere. Iba a preguntar pero tal vez no quiero saber. Así como tal vez prefiero no saber en realidad todo lo que sucede con la guerra y aceptar la posición del rey Yanshi y desear con todas mis fuerzas que el mundo comprenda que nadie es ni cien por ciento bueno, ni cien por ciento malo.

- Puedo enseñarte a pararte y a caminar con paso firme y fuerte. Pero que lo hagas también depende de tu mentalidad. No sé cómo les enseñen agua control ni sé mucho en realidad sobre los maestros agua, pero para la tierra control importa la fuerza. Y no toda la fuerza está en los músculos.

Camino por las calles y Jinora me dice que el hurón la iba guiando.

- ¿Vas muy seguido del bosque a aquí? No me imagino como la bola de pelos puede saberse un camino tan complicado.

El problema en realidad era esquivar a la gente, que ya hay bastante y les agradezco con sonrisas cuando nos dejan pasar.

- A la más cercana para tomar el tren. Me llevo bien con algunos de los que trabajan ahí, a veces trabajo de eventual. Creo que es lo más rápido, pero si prefieres otra ruta, dímelo.