Casting para Houka Hideki

¿Por qué el Reino Tierra tiene que ser tan... mugroso? No encuentro una mejor palabra para describirlo, pero le hace honor a su nombre. Yo hago lo que ordena el Señor del Fuego Katsu, pero en momentos como este, ¡cómo odio este lugar! Esta semana, estoy en la capital del Reino Tierra, Ba Sing Se. Es todo un honor servir a la Nación del Fuego, pero francamente, el rey de esta nación no supone un problema. Parte de mí no creía los rumores, pero este sujeto sí que es el peor maestro tierra de toda la historia. Eso sí, la gente parece que pese a hablar mal de él, lo acepta como gobernante. Pero el gran Señor del Fuego no tiene nada que temer de un maestro mediocre. Cada día, al igual que hoy, paseo por las calles de algún lugar del Reino Tierra, recopilando valiosa información para mi señor del fuego. Y aunque pareciera un trabajo sencillo, no lo es. A veces tengo que leer entre líneas la información que me da la gente, pero francamente, vamos a aplastarlos a todos. Nadie tiene un ejército tan bien organizado ni con tantos maestros y los imbéciles de la Tribu Agua ya lo están comprobando. La mayoría de la gente no quiere meterse de lleno en esta guerra, y al resto ni siquiera le importa. Consideran que están a salvo porque el muro de Ba Sing Se está a salvo, pero entienden que hay muchas formas de ganar una guerra.

Y yo... yo algún día seré el señor del fuego Houka. ¡No puedo esperar! No importa si tengo que aplastar a cada una de las naciones y soportar que la hija del Señor del Fuego me rechace, porque el premio es el dominio sobre el mundo entero. Desde ahora estoy construyendo el mundo que algún día será mío y francamente, Akemi no está nada mal. Puedo soportar sus rechazos, porque su belleza me inspira a lograr más cosas. Algún día la tendré entre mis brazos y le demostraré lo que es un hombre de verdad. Y mientras, puedo divertirme con cualquiera. Muchas chicas desearían tenerme, pero la mejor sin duda alguna es mi prometida justamente porque es una princesa.

Pero por ahora, seré paciente. Mi amado Señor del Fuego confía en mí...